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Los legisladores británicos, preocupados por las consecuencias económicas del divorcio

Andrés Ortega

Los maridos divorciados no deberían tener que prestar una ayuda económica indefinida a sus ex esposas, concluye un informe de la comisión de leyes de Inglaterra y Gales proponiendo cambios en la legislación sobre el divorcio, de modo que las partes divorciadas aspiren a ser autosuficientes. En la actualidad, una mujer no puede dejar de cobrar ingresos de su ex marido, a no ser que consienta a ello voluntariamente. Según la comisión, en Inglaterra y Gales se solicitaron 171.992 divorcios en 1980.

Los tribunales deberían, según la comisión, dar prioridad al mantenimiento de los hijos y fomentar una ruptura clara de los divorciados que llevara a su autosuficiencia. Los tribunales deberían así fijar límites al período de mantenimiento económico de la mujer por su ex marido, teniendo en cuenta el tiempo que necesita la mujer para ajustarse a su nueva situación.

Plazo de tres años

En el caso de la presencia de hijos, la ayuda financiera del marido debería ir directamente dirigida a éstos, a través de quien estuviera encargado de su custodia, es decir, en general de la mujer. Pero esta ayuda debería terminar, dice la comisión, cuando los hijos abandonaran el hogar materno. «Para los maridos, el divorcio implica a menudo la pérdida del hogar y de los hijos, además de dinero. Para las mujeres, el divorcio a menudo conlleva empobrecimiento y dificultades», explica el informe, agregando que «se debería prestar una mayor importancia a las posibilidades de las esposas para ganar dinero».La comisión no fija un período máximo para este lazo financiero, pero la comisión de leyes de Escocia fijó recientemente un tope de tres años. El juez Ralph Gibson, que presidía la comisión inglesa -integrada exclusivamente por varones-, señaló que no creía que las mujeres se opusieran a estas reformas.

El ex marido, paga

En la actualidad, una mujer divorciada no puede dejar de cobrar ingresos de su ex marido, a no ser que consienta a ello voluntariamente. La comisión señala asimismo que la ley debería seguir teniendo en cuenta los medios de la segunda esposa al fijar la ayuda financiera del marido a la primera. De hecho, en Inglaterra un divorciado debe pagar más a su primera esposa si se vuelve a casar con una mujer que dispone de ingresos. Si no hubiera dinero suficiente para mantener a las dos familias, el Estado se encargaría de una de ellas. Según la comisión, en Inglaterra y Gales se solicitaron, en 1980, 171.992 divorcios y se calcula que uno de cada cuatro matrimonios terminará de este modo.

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