La izquierda española condena con dureza el golpe militar en Polonia
La izquierda española ha reaccionado vivamente contra el golpe militar en Polonia. Mientras unas dos mil personas acudían ayer tarde a una manifestación convocada por el Partido Socialista Obrero Español (PSOE) y la Unión General de Trabajadores (UGT) ante la embajada polaca en Madrid, el dirigente comunista Santiago Carrillo calificaba de "antipopular, antiobrero y antisocialista" el nuevo régimen de Varsovia.
Santiago Carrillo, secretario general del Partido Comunista de España (PCE), aseguró ayer en una conferencia que el establecimiento en Polonia de un Gobierno militar "es una verdadera aberración, un aborto de la historia que no tiene nada que ver con el socialismo", por haber recurrido "al estado de sitio, a la suspensión de las libertades, al arrinconamiento de los obreros y a los tribunales de excepción para imponerse". Se preguntó sobre qué autoridad moral tendría el PCE "para denunciar a los golpistas militares en España, si no nos opusiéramos al régimen militar polaco".Una comisión de las organizaciones socialistas que convocaron la manifestación, integrada entre otras personas por los diputados Enrique Múgica Herzog, Carmen García Bloise y Nicolás Redondo -éste en nombre de UGT- entregaron en el recinto diplomático un "pliego de cargos", en el que se expresa su "repulsa por la ruptura del diálogo" en Polonia. Se exige, asimismo, "la vuelta a la situación normal anterior, a la política de diálogo y el cumplimiento de los pactos internacionales suscritos por Polonia con la Organización Internacional del Trabajo (OIT) y el respeto a la libertad de expresión y la necesidad de poner en libertad a todos los detenidos políticos".
Ausencia comunista
El líder sindical socialista se declaró contrariado por la no asistencia del sindicato comunista español Comisiones Obreras (CC OO) a la concentración. "La ausencia", dijo Redondo, "creo que obedece a motivaciones políticas".
A este respecto, Carrillo dijo que su partido "no está dispuesto a convertirse en comparsa del PSOE, de UGT ni de cualquier otra fuerza, para hacer una campaña anticomunista que, en las condiciones en que vive nuestro país hoy, resultaría catastrófica".
Carrillo explicó "que la revolución y el socialismo en Polonia fueron el fruto de una exportación y de la lucha revolucionaria del pueblo polaco", para agregar que el monopolio del poder por parte del partido comunista "no fue creado por el pueblo, sino impuesto a él", y se mostró partidario de la negociación, "en el sentido de la autogestión y de la democracia" para superar la crisis.
Se refirió, asimismo, a la existencia de una tradición comunista de lucha contra los regímenes mili tares, -"aún hoy en España, esta mos esforzándonos por conjurar el peligro de un golpe militar"- para subrayar luego que dados los hechos producidos en Polonia, no existe ninguna razón para abandonar esta tradición ante el caso polaco. Santiago Carrillo cree que Polonia se enfrenta al riesgo de una guerra civil "entre los obreros y un Ejército que se dice socialista" y matizó que, incluso, sin enfrentamiento civil, "si el Ejército polaco controla la situación, estoy convencido de que este régimen militar conocerá una evolución hacia posiciones nacionalistas, reaccionarias, y de integrismo católico" pese a que hoy se presenta como una defensa del socialismo.
Dijo también el dirigente comunista que el denominado "socialismo real" implica el riesgo de que se produzca "incluso la contrarrevolución, si estos países no son capaces de transformar democráticamente sus sistemas políticos" Sucesos como los acaecidos en Polonia "dan pretextos al imperialismo norteamericano para tomar se la revancha y avanzar sus peones en el tablero mundial", afirmó Carrillo, señalando a Cuba y a Nicaragua como posibles objetivos de acciones militares por parte de Washington.
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