Se acentúan las ventas ante la proximidad del fin de año
Los mercados de valores nacionales han mantenido su persistente tendencia negativa, acentuándose los procesos vendedores en algunos valores concretos de los sectores industriales, a la vez que, por primera vez en varias sesiones, algunos de los bancos más importantes cedían posiciones ante la insistente presión de la oferta.El conjunto de los siete grandes bancos presentaron unos saldos vendedores que superaron el cuarto de millón de títulos en el mercado madrileño, lo que aconsejó a los mentores del Central, Popular, Santander y Vizcaya a ceder posiciones, decisión que se habían mostrado reacios a adoptar en las reuniones anteriores.
El resto del mercado ofreció un comportamiento acorde con el sector puntero, aunque la oferta se recrudeció en valores tales como Dragados o Petróleos, cuyas bajas en los últimos días son realmente impresionantes, y, lo que es peor, por el momento nadie parece interesado en frenar su caída.
Por su parte, los acontecimientos internacionales, la militarización de Polonia y la anexión del Golán por Israel, con su secuela de repercusiones en las principales plazas financieras a nivel mundial, no han tenido ningún tipo de repercusión hasta el momento en las bolsas españolas.
La subida de los tipos de interés del sistema norteamericano y de los eurodólares, la recuperación de los precios del oro y el nuevo fortalecimiento del dólar tampoco han incidido en la marcha del mercado. Quizá porque, como la tendencia negativa estaba ya claramente apuntada, sólo habría podido producirse una aceleración de los procesos vendedores, lo que habría dado lugar a un retraimiento aún mayor de los escasos compradores.
Los estímulos por los que se guían los inversores para mantener sus planes sistemáticos de venta también resultan similares a los que han venido influyendo en la orientación a la baja de las últimas semanas. Las plusvalías acumuladas a lo largo del ejercicio hacen que la mayor parte de los valores se encuentre en unos niveles de precios bastante superiores a los que iniciaron el año. Las previsiones para 1982 no son en absoluto halagüeñas. Las posibles ventas de los inversores extranjeros, los efectos del juicio de los inculpados en el 23-F y la condición de año preelectoral aportan una serie de incógnitas que no resultan precisamente estimulantes para los posibles compradores. Otro de los puntos que animan a los vendedores bursátiles es la existencia de activos financieros que compiten directamente con los valores mobiliarios, sobre todo en cuanto a seguridad y rentabilidad.
Además, los precios del dinero, que vienen fijados en las subastas del Banco de España, tanto de bonos del Tesoro como de certificados de depósito, mantienen unas elevadas tasas de interés, en torno al 16%, lo que hace que un flujo nada despreciable de dinero se canalice en su dirección, máxime cuando las previsiones de los expertos señalan que normalmente se mantendrán en torno a estos niveles en los primeros compases del próximo año. La propia situación de la banca, que ha tomado unas cantidades muy importantes de estos activos como fórmula alternativa a sus problemas. de inversión, hace pensar que estas propias instituciones son las primeras interesadas en que no se produzca una caída brusca del precio del dinero en los circuitos financieros.
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