_
_
_
_
Reportaje:

La exploración ecográfica se extiende a enfermedades valvulares

Hace pocos días se celebró en Madrid un simposio internacional de ecografía para las enfermedades del aparato digestivo, con participación de médicos franceses, británicos y españoles. Este encuentro ha sido el resultado de los esfuerzos de especialistas de nuestro país comprometidos en hacer de la ecografía un obligado método de diagnóstico en el mayor número posible de hospitales y extenderlo, asimismo, a todos los campos y especialidades médicas en que se ha demostrado la eficacia y fiabilidad de las exploraciones ecográficas.

La ecografía, según el doctor J. M. Segura Cabral, del departamento de aparato digestivo de La Paz, y organizador de este simposio, es una técnica de diagnóstico que no está reñida con ninguna especialidad médica. Mundialmente comienza a desarrollarse a finales de la década de los cincuenta, y a partir de los años sesenta adquiere gran importancia en las especialidades de obstetricia y ginecología. Es precisamente para usos ginecológicos para los que es introducida en España en el año 1969. En este campo, la ecografía ha permitido detectar la posición del feto en el vientre de la madre, saber con seguridad dónde se encuentra la placenta, si el feto está vivo o muerto, si puede haber futuras complicaciones o riesgos de aborto, etcétera. Es, sin ninguna duda, en esta especialidad médica donde más se ha desarrollado la ecografía.Esta exploración se realiza mediante ondas ultrasónicas de un alcance máximo aproximado de veinte centímetros, las cuales, emitidas en aquella zona que se desee analizar, producen, al chocar con las diferentes estructuras anatómicas, un eco, el cual es recogido y traducido en una fotografía a una escala de grises. Es precisamente la incorporación de la escala de grises a la ecografía en el año 1973 la que va a permitir que esta técnica se extienda a gran cantidad de especialidades médicas. «Hoy», continúa el doctor Segura Cabral, «además de las ya citadas obstetricia y ginecología, es necesaria en oftalmología, en todos los procesos cardiacos en general, aunque, en concreto, ha adquirido una gran importancia en el diagnóstico de enfermedades valvulares. Se ha erigido en un método muy eficaz para diferenciar aquellos casos en que la ictericia necesita de la intervención quirúrgica. En este terreno específico de los enfermos ictéricos hemos conseguido mediante la ecografía reducir sensiblemente el tiempo transcurrido entre la exploración y el diagnóstico. Antes, sin este método, el diagnóstico podía tardar entre quince y treinta días; en cambio ahora podemos emitir un juicio en tres o cuatro. Por último, se viene aplicando en nuestro país desde el año 1974 en el campo del aparato digestivo, que es en el que estoy trabajando con buenos resultados».

Quizá la mayor ventaja de este método de diagnóstico resida en la absoluta inocuidad del mismo. Las ondas ultrasónicas en que se fundamenta no son, en ningún caso, agresivas para el paciente, de ahí que sea en especialidades como la obstetricia (para las que la radiología es un campo vedado, habida cuenta de las posibles lesiones que puede producir en un organismo débil como lo es el del feto) en donde más implantación tiene.

Sin embargo, la ecografía se encuentra en la actualidad con dos barreras insalvables a la hora de emitir el diagnóstico. La primera de estas barreras es absoluta y se da en aquellos casos en que las ondas ultrasónicas encuentran en su camino una bolsa de aire, que puede ser frecuente en las exploraciones digestivas. Esta bolsa de aire impide que los ultrasonidos lleguen a la pared abdominal, con lo cual el diagnóstico ecográfico no sirve. La segunda barrera es una limitación relativa. Se da en los casos en que el análisis se realiza en enfermos obesos. La acumulación de grasas del paciente atenúa y distorsiona el sonido y, con ello, la información.

Elemento complementario.

No obstante estas limitaciones, el doctor Segura Cabral considera no sólo que la ecografía es un complemento de gran importancia de otros métodos de diagnóstico, como la radiología o la gammagrafía, sino que, en muchos casos, la ecografía va a sustituirlos. «Para ello se necesita, sobre todo, que esta técnica se conozca a fondo, lo cual significa que haya en nuestros hospitales un número cada vez mayor de personas preparadas para realizar este tipo de diagnóstico e interpretar aquello de lo que informa la exploración ecográfica».Y aunque ese número de personas capaces de interpretar una ecografía va siendo cada vez mayor en nuestro país, lo cierto es que hasta hace dos o tres años el aprendizaje de esta técnica, sobre todo para el caso específico de las enfermedades del aparato digestivo, debía realizarse en el extranjero.

Fruto de ese empeño ha sido la celebración del simposio internacional de ecografía; un encuentro que ha venido postergándose desde hace dos años y que ha puesto de manifiesto que nuestro país se encuentra a un parecido nivel de desarrollo que países como Francia y el Reino Unido en esta especialidad médica. « Lo que nos diferencia de ellos», continúa el doctor Segura Cabral, «no es tanto la calidad en la ecografía como la cantidad. En Francia e Inglaterra, este método de diagnóstico está presente en mayor número de hospitales que aquí. Por lo demás, en el simposio ha habido aportaciones mutuas. Hemos tratado de la aplicación de la ecografía en las enfermedades del hígado, del sistema biliar y del páncreas, en donde pueden existir complicaciones a la hora de detectar si la patología es inflamatoria o tumoral; ha quedado bien patente para todos que la ecografía es una técnica imprescindible para la detección de lesiones ocupantes de espacio, es decir, tanto quistes como tumores, ya sean líquidos o sólidos y de carácter benigno o maligno.

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo

¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?

Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.

¿Por qué estás viendo esto?

Flecha

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.

Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.

En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.

Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_