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Cartas al director
Opinión de un lector sobre una información publicada por el diario o un hecho noticioso. Dirigidas al director del diario y seleccionadas y editadas por el equipo de opinión

La pobre Casa de Campo

Sería muy largo enumerar la serie de estropicios oficiales que, uno tras otro, con prisa y sin pausa, se han ido abatiendo sobre la pobre Casa de Campo, reduciendo y degradando cada vez un poco más su campo: talas de esas que dejan losárboles transformados en estacas perennes; limpiezas que consisten en arrancar el monte de cuajo hasta quedar la tierra monda y lironda y dejar cuidadosamente toda la basura que el monte ocultaba, aumentada con las latas de gasolina usadas para quemar lo arrancado; apertura de cortafuegos cada vez más amplios y numerosos, como aplicando la drástica teoría de 'Fuera el perro, fuera la rabia"; devastación de ciertas zonas "para evitar que se oculten sinvergüenzas", o sea, por una razón que, de aplicarla sistemáticamente, habría que arrasar todo Madrid y todo el planeta; sin hablar, naturalmente, de la Feria del Campo, del Parque de Atracciones y demás inventos instalados dentro.Y lo último, la gota que me ha impulsado a escribir esta carta: el plan de abrir una especie de autopista por medio -faltaba más de una zona boscosa de pinos, fresnos, álamos, etcétera, de los más hermosos y lozanos, como si en este país sobrasen árboles y faltasen terrenos yermos. Y esto en plena campaña en pro del arbolito.

¿A qué esa campaña vocinglera, cuando luego, a la chita callando, se arman estos arboricidios o, dicho sea de paso, podas como las de los ex árboles de la avenida Séneca? ¿Y qué fue de la promesa del cartel verde del Ayuntamiento socialista a los que votaran por él? Madrid transformado en vergel... Como la gitana de Lourdes, ya no pido tanto, sólo "lo que truje": que, la Casa de Campo no la transformen en Madrid, que la dejen como estaba. Eso ya sería suficiente milagro. Pues parece que hay demasiados setores importantes interesados en extender su cáncer por todo este inapreciable pulmón de nuestra villa./

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