Un anciano fallece tras permanecer 15 horas en el vestíbulo de un ambulatorio de Lugo

Antonio Pardo Randón, de 85 años de edad, falleció el sábado en un banco del vestíbulo del ambulatorio de la Seguridad Social en Lugo, adonde había llegado quince horas antes para ser atendido, según versiones municipales, sin haber recibido asistencia sanitaria. Este extremo ha sido rechazado, sin embargo, por responsables del centro, quienes aseguran que el paciente fue consultado por dos médicos con anterioridad a su fallecimiento quienes no consideraron necesario que fuese internado.

El anciano había llegado al ambulatorio lucense a las nueve de la mañana del pasado sábado, para ser atendido de diversas dolencias, lo que le obligaba a llevar de forma permanente una sonda. Según versiones de vecinos de Lugo, el enfermo no fue atendido durante toda la mañana, pese a ir provisto de la cartilla de asegurado. Permaneció en la entrada del centro hasta las ocho de la tarde, en que fue requerida la presencia de la Policía Municipal para que lo sacase del lugar. Parece ser que ésta fue solicitada telefónicamente por una persona que se identificó como el médico de guardia.En el ambulatorio lucense, el cabo responsable de la patrulla de policía se identificó y exigió también la identificación de quien decía ser el médico de guardia, a lo que se negó este último de forma rotunda. La policía dialogó con el enfermo, quien aseguró que no quería abandonar el centro sanitario hasta que fuese atendido por un médico o lo enviasen a la residencia de la Seguridad Social.

El cabo municipal solicitó del médico un certificado en el que se determinase el traslado del anciano y el lugar a donde se efectuaba, lo que también le fue negado, alegando que conocía perfectamente sus obligaciones. No obstante, le indicó verbalmente que el enfermo podía ser trasladado a cualquier lugar porqué se encontraba en perfecto estado.

Tras intentar ingresarlo en el asilo de la ciudad, en donde no existían plazas libres, la patrulla de la Policía Municipal abandonó el ambulatorio, dejando allí al enfermo.

A las 0.30 horas del domingo, Antonio Pardo dejaba de existir en el mismo lugar en donde había pasado más de quince horas. El médico de guardia del centro puso el hecho en conocimiento del juzgado de la capital, quien ordenó el levantamiento del cadáver y su traslado al depósito.

Este periódico no ha podido conocer la versión oficial de los hechos, pese a haber recabado el parecer a las autoridades sanitarias, aunque sí el contenido de un informe solicitado por el director del Insalud y que ayer por la tarde poseía el delegado territorial de Sanidad, José María Salgado.

Según este informe, Antonio Pardo fue atendido el mismo día de su fallecimiento por un médico de cabecera y un urólogo, tras lo cual se negó a abandonar el centro. Sobre las 17.30 horas, un conserje del ambulatorio informó a sus superiores de la presencia del paciente en el vestíbulo del centro asistencial y se le ordenó que lo dejase permanecer allí. No obstante, horas más tarde, el médico de guardia, siempre según el informe, solicitó la colaboración de la Policía Municipal para que fuese trasladado al refugio, y más tarde, la de un sacerdote y una asistenta social. Según este informe, el enfermo, durante todo el día, únicamente solicitó un vaso de agua. Este mismo informe recoge que su muerte se produjo en tomo a la medianoche.

Las autoridades sanitarias han abierto una investigación sobre presuntas irresponsabilidades.