La ordenación del seguro puede exigir un "hospital" de empresas
Empresarios de seguros y Administración han reflexionado en diversas ocasiones sobre la posible creación de un hospital de aseguradoras, similar al existente desde hace tres años para los bancos. Alguna decisión al respecto puede adoptarse en los próximos meses, según opiniones extendidas en ambos medios.La idea ha adquirido cierta dimensión a lo largo del presente año, aunque no ha saltado a la opinión pública hasta ahora. Un representante de la patronal del automóvil dijo en TVE, a mediados de semana, que la situación de algunas empresas "es de UVI" (unidad de vigilancia intensiva, en términos médicos). Posteriormente, un estudioso de los seguros, que acaba de ganar el Premio Rey don Juan Carlos con el trabajo titulado El seguro de vida y la depreciación monetaria, declaró al periódico Cinco Días que menos del 10% de las aseguradoras españolas alcanza el volumen de primas necesario para su subsistencia, y "ya está hablando de crear una especie de hospital".
En efecto, medios empresariales de la Administración han reconocido que se ha hablado últimamente del asunto, si bien a nivel de meras reflexiones. Pero, en su opinión, no se planteará decisivamente hasta que el Parlamento apruebe el proyecto de ley del Seguro Privado. Este, que fue enviado por el Gobierno a las Cortes la pasada primavera, se considera instrumento imprescindible para la reestructuración a través de la "libertad con palo al libertino".
El proyecto de ley, que ha recibido casi setecientas enmiendas, a pesar de que en los últimos años fueron redactados hasta trece borradores de anteproyecto, prepara el camino para actuaciones de dicho géncro, hoy inviables con una legislación que prevé multas máximas de 10.000 pesetas. Además de ofrecer a las compañías diversas vías para superar la futura competencia de la Comunidad Económica Europea, dota a la Administración de medidas disciplinarias y cautelares para rehabilitar a las entidades en dificultades.
Consenso contra los enfermos
Grandes aseguradoras y Administración coinciden, con algunos matices, en que es necesario reforzar el margen de solvencia y en que ello pasa por a los enfermos incurables y a quienes tengan conductas incurables y a quienes tengan conductas irregulares, en perjuicio de la imagen de los demás. Como todo ello provocará irremediablemente tensiones con asegurados, trabajadores y agentes, se ha planteado la necesidad de emular a la banca, sector que para mantener la confianza de la clientela mientras trata situaciones de crisis creó Corporación Bancaria, y luego, el Fondo de Garantía de Depósitos.Sin embargo, hay una gran diferencia entre banca y seguros, a juicio de la Administración. Las autorizaciones de bancos están limitadas, lo que aprecia una marca; la apertura de aseguradoras, no, y además el número de éstas es excesivo. Entre ellas se da el caso de que 283 de las 636 existentes no alcanzan los 25 millones de primas anuales (el sector recaudó el año pasado 270.000 millones de pesetas), y la media de muchas es de ocho millones. Así no cabe hablar -añaden las citadas fuentes- ni de la ley de grandes números que sustenta al seguro, y la inclinación a la crisis es permanente.
Por ello, la Administración piensa que el objetivo de un hipotético hospital de seguros debe consistir más en la liquidación ordenada que en la rehabilitación. En concreto, el director general de Seguros, Luis Angulo, opina que, en lugar de un fondo con cargo al cual realizar aportaciones financieras que rehabiliten la entidad (caso del Fondo de Garantía en la banca), quizá debe preverse una entidad gestora que lleve a cabo la liquidación ordenada. A esta labor se reconduce cada vez más Corporación Bancaria.
No obstante, a la hora de decidir la puesta en marcha del hospital, los problemas radicarán previsiblemente en quien lo paga. La postura de Angulo es que, en todo caso, tales sistemas de apoyo deberían ser creados por la iniciativa privada, posiblemente de las empresas cuya situación económica sana hace temer que su imagen quede empañada por las que no lo están, y que al mismo tiempo serán las más beneficiadas por la reestructuración del sector.
"La Administración", afirmó el director general de Seguros en una conferencia pronunciada el pasado verano en el Club de Aseguradores Internacionales, "debe estar dispuesta a colaborar, pero sería bueno atribuir al ente un carácter excesivamente público. No sólo por la impronta que puede adquirir su gestión, sino por la tentación que un aparato de esa índole pueda suponer como punto de partida de empresas aseguradoras nacionalizadas por medio de este procedimiento.
También puede haber diferencias de criterio en cuanto al tratamiento de los distintos ramos del seguro dentro del citado sistema de apoyo. Los ramos no de vida tienen una duración más breve, y los de vida, más larga, además de afrontar problemas especiales derivados de las reservas matemáticas.
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