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El "tomoffel", un nuevo tubérculo que puede revolucionar la agricultura

Un científíco alemán ha conseguido cultivar una nueva planta que él denomina tomoffel, nombre resultante de mezclar las primeras letras de la palabra tomate y las últimas de patata en el idioma germano, ya que el extraño producto es en realidad un híbrido de estas dos plantas. A pesar de que esta nueva planta sólo produce unos tubérculos que dejan bastante que desear en cuanto a tamaño y que los pequeños frutos que cuelgan de sus ramas son estériles, el experimento, realizado por el profesor Georg Melchers, del Max-Planck Institut, de la ciudad de Tubinga, está considerado como un gran avance de la ciencia en la manipulación genética, según informa la revista alemana Der Spiegel.

Porque esta nueva planta no es el hijo de una unión natural y romántica entre la patata y el tomate, sino el resultado de fundir en una probeta células de tomate y de patata y plantar la mezcla en una maceta. "El boom de la biotécnica está llegando a la agricultura", afirma la revista norteamerica Science. Y algunos medios norteamericanos coinciden en señalar que estos descubrimientos sólo son comparables, por su importancia para la sociedad moderna, con la fisión del átomo. Esta segunda revolución verde podría producir plantas del tipo de las que están intentando cultivar en el Plant Research Institute, de la Universidad californiana de San Carlos, que, según los científicos, tendrán hojas comestibles como la espinaca; semillas de grano ricas en proteínas, como las alubias; tubérculos con gran contenido de hidratos de carbono, como las patatas; tallos aprovechables, como los del cáñamo, y protuberancias en las raíces fijadoras de nitrógeno similares a los guisantes.La manipulación genética deberá también permitir la producción de plantas que puedan ser cultivadas en agua salada, sean resistentes a las enfermedades, los parásitos y las plagas, cubran sus necesidades de nitrógeno sacándolo del aire, aprovechen mejor la luz solar y soporten lá sequía y las heladas.

En los últimos años se han fundado en los Estados Unidos cerca de 120 empresas con el objetivo de producir especies de plantas nuevas que la naturaleza no ha querido hacer surgir en millones de años de evolución. Grandes multinacionales, como De Kalb, General Mills y Campbell Soup, investigan sin cesar con la esperanza de futuras supercosechas.

Desde que el hombre comenzó a domesticar los animales y a cultivar las plantas, allá por la prehistoria, los métodos para conseguir nuevas especies no han variado demasiado. O bien se iban escogiendo los ejemplares más valiosos, dejándolos para la reproducción, o bien se cruzaban especies con el fin de unir sus características más interesantes. Pero esta selección no es posible con todas las especies y, sobre todo, requiere largos períodos de tiempo. Actualmente, los investigadores no sólo buscan acortar estos períodos de experimentación al máximo, sino que, además, intentan superar las barreras biológicas que impiden la unión de determinadas especies distintas.

Para conseguir estos objetivos, se están siguiendo básicamente cuatro caminos: en lugar de trabajar con cultivos en grandes extensiones de terreno, utilizan para sus pruebas cultivos de células, con la esperanza de que por alguna mutación casual de alguna célula surja una nueva planta de mejores características. Para aumentar las probabilidades de fortuna en esta lotería genética, los cultivos de células son tratados con venenos o sometidas a fuertes radiaciones, con el objetivo de que entre las muchas células mutiladas surja una que, a través de la mutación, obtenga las nuevas características buscadas. Una tercera vía para conseguir nuevas plantas consiste en fundir las células de dos especies distintas, tal como se hizo en el caso de la patata y el tomate. Finalmente, otra posibilidad consiste en incorporar a las células material genético ajeno, de forma similar a como ya se han introducido genes a determinadas bacterias.

Sin embargo, se considera que todavía pasará bastante tiempo antes de que se pueda manipular con genes en organismos superiores.

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