El congreso de la CGIL finalizó con la victoria de las tesis reformistas de Luciano Lama
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El X Congreso Nacional de la Confederación General Italiana del trabajo (CGIL), el primer sindicato del país, ha concluido con una gran victoria de su secretario general, el casi legendario Luciano Lama, comunista. De los 1.167 delegados, le han dado el voto 1.110. Era la primera vez que en un congreso del sindicato CGIL, de mayoría comunista, se usaba el voto secreto. Junto al secretario Lama, fue también ratificado el vicesecretario socialista Agostino Marianetti, con 960 votos.
Ambos líderes esperaron en la madrugada de ayer los resultados de la votación jugando a las cartas en uno de los pasillos del palacio del congreso. En la nueva secretaría de CGIL resultan elegidos 87 comunistas, 46 socialistas y 11 de la llamada tercera componente, que recoge sindicalistas de dos pequeños partidos a la izquierda del partido comunista: Partido Democrático de Unidad Proletaria (PDUP) y Partido de Democracia Proletaria (DP).Lama, a quien no pocos daban por despachado al principio del congreso por su postura reformista, dejó el palacio del congreso, visiblemente emocionado, a las tres de la madrugada. En una breve declaración, con la voz rota por el cansancio, afirmó: "Hemos trabajado para desbloquear las dificultades que durante varios meses han paralizado la acción sindical". Lama se refería al espinoso problema del coste del trabajo y el retoque al mecanismo de la escala móvil. Por eso añadió: "He expresado sinceramente el deseo de que se puedan superar todas las polémicas, porque estoy convencido que eventuales diferencias relativas a la lucha contra la inflación deberán ser sometidas, con igual dignidad, a la consulta de los trabajadores, los cuales deberán dar su decisión final".
El mayor triunfo de Lama y Marianetti ha consistido en el gesto de sus mayores adversarios congresuales: Pio Galli y Antonio Lettieri, que hicieron pública su satisfacción por la propuesta final aprobada por mayoría. Pio Galli, líder de los metalúrgicos, había sido el mayor crítico de Lama, habiendo recibido muchísimos aplausos, mientras Lettieri, de Democracia Proletaria, había incluso presentado una propuesta alternativa a la de Lama.
Reacciones muy positivas al resultado del congreso de la CGIL se han registrado en seguida en los otros dos grandes sindicatos: CISL y UIL. Se ha recompuesto de este modo la unidad sindical, duramente amenazada los últimos meses, y ahora se podrá encontrar una solución también unitaria al complejo problema de cómo piensan contribuir los sindicatos a la lucha contra una inflación que se come cada día un buen pedazo de los sueldos de los trabajadores.
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