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El Frente Polisario advierte a los países europeos del peligro de que se internacionalice el conflicto del Sahara

Un mes después de producirse el grave enfrentamiento entre fuerzas saharauis y marroquíes en la guarnición de Guelta Zemmur, en la frontera del Sahara occidental con Mauritania, el frente independentista no descarta una internacionalización del conflicto y el bloqueo de las iniciativas de paz respaldadas por la Organización para la Unidad Africana (OUA) y las Naciones Unidas. Ese temor está contenido en un escrito dirigido ayer por Mohamed Abdelaziz, principal dirigente saharaui, a los jefes de Estado europeos, mientras diversos indicios recogidos en la capital argelina permiten suponer que el Polisario intenta aumentar su presión militar para obligar a Marruecos a negociar directamente la paz en la ex colonia española.

Tras la operación de Guelta Zemmur, en la que el Polisario logró penetrar y ocupar, temporalmente, la guarnición, derribar cuatro aviones y un helicóptero, capturar tres pilotos y otros 230 militares marroquíes, y aniquilar prácticamente los efectivos del IV Regimiento marroquí, que defendía la guarnición, cifrados en más de 2.000 hombres, el movimiento saharaui ha emprendido una campaña diplomática dirigida a justificar su acción y subrayar su libertad de acción, tanto en el aspecto político como en el militar.Las cartas enviadas por el secretario general del Frente, Mohamed Abdelaziz, a Kurt Waldheim, Fidel Castro (por su condición de presidente de los no alineados), al propio rey Hassan II y a los jefes de Estado europeos, destacan que el conflicto sigue siendo un problema típico de descolonización, y no una faceta del enfrentamiento Este-Oeste, lo que tendería a justificar la intervención extranjera en la zona.

A pesar de ello, es indudable que Guelta Zemmur constituye un momento histórico de una guerra sangrienta en la que el dispositivo militar empleado por los dos contendientes se ha ido reforzando tecnológicamente, aunque las condiciones geográficas específicas de la zona y la actitud eminentemente defensiva de los efectivos marroquíes establecidos en él, tras los fracasos de las expediciones móviles Uhud y Zallagha, hacen que el simple vehículo todo terreno siga siendo el pivote real de las operaciones de acoso montadas por los independentistas.

La batalla de Guelta Zemmur responde a dos objetivos precisos del Polisario: dejar sentado que en el aspecto militar, puede tratar de igual a igual con el reino alauí y demostrar que esa presión puede ser determinante para obtener la negociación directa con Rabat.

En Argel, algunos analistas del conflicto consideran que, si en el aspecto militar, el Polisario ha obtenido un impacto decisivo, en el terreno político, el rey Hassan II, con su peculiar estilo de remontar las adversidades, ha logrado también un triunfo no despreciable, al convencer a la Administración norteamericana de la necesidad de reforzar logísticamente el cuerpo expedicionario marroquí. El resultado aparente de este envite es haber dado un paso más pronunciado en la escalada de la guerra.

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Nuevas armas

La derrota de los efectivos marroquíes estacionados en Guelta Zemmur ha sido achacada al empleo masivo de blindados pesados de origen soviético (T-54 y T-55) y al de rampas de cohetes SAM-6, un tipo de arma sofisticada, cuyo emplazamiento y utilización requiere personal muy cualificado. La destrucción de dos aviones Mirage, un Hércules C-130 empleado como aparato de observación, un F-5E de los recientemente entregados a Marruecos por EE UU, y un helicóptero Puma, de fabricación francesa, no parece ser obra de los citados cohetes, sino de una versión moderna del misil individual SAM-9, que dispone de un techo más alto y una precisión superior a los SAM-7 utilizados habitualmente por el Polisario, capturados, en ocasiones, a las propias fuerzas marroquíes.El frente saharaui dispone de un número considerable de carros aprehendidos a las fuerzas marroquíes durante las batallas de Lebuirat, en agosto de 1979; Uarkiz, en mayo de 1980, y Lemgat, en septiembre de ese último año. Carros de combate soviéticos del tipo señalado han sido entregados a Marruecos por Egipto y capturados en Lemgat por el Polisario, así como un modelo mucho más perfeccionado, el franco-austriaco SK-105, provisto de un dispositivo de tiro por láser. Ese tipo de armas constituye parte del botín de guerra de los saharauis.

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