El "gabinete fantasma" laborista de Gran Bretaña gira a la derecha

El destacado líder de la izquierda del Partido Laborista, Tony Benn, seguirá acaparando las primeras planas de los periódicos británicos, a pesar de haber sido derrotado el jueves, al no resultar elegido para formar el gabinete fantasma constituido por los laboristas. Michael Foot, que le retiró su apoyo, fue humillado, pues Benn logró más votos de lo que se esperaba. Estas elecciones confirmaron el giro a la derecha que realizó el año pasado este gabinete en la sombra.

El gabinete fantasma es el órgano directivo del grupo parlamentario del mayor partido en la oposición, y sus miembros son elegidos por los diputados del partido en cuestión. Benn, el único miembro de este gabinete en perder su puesto, logró 66 votos, es decir, el apoyo de uno de cada cuatro diputados laboristas. Un resultado humillante para Foot, "que queda prisionero de un gabinete fantasma derechista", declaró Benn.

La situación de Foot está en peligro. Una encuesta de opinión realizada por el diario conservador The Daily Telegraph muestra que sólo el 16% de los encuestados apoya la gestión de Foot. Entre lo propios votantes laboristas tan sólo un 37% considera que es un buen líder, mientras sigue aumentando el apoyo a los socialdemócratas.

Benn proseguirá ahora su campaña fuera del Parlamento para intentar que el gabinete fantasma adopte la política establecida por el congreso del partido en tres puntos fundamentales: el desarme nuclear unilateral, la retirada británica de la Comunidad Europea y la política económica laborista. La próxima semana se anunciará el reparto de las carteras del gabinete fantasma.

Pero, con los socialdemócratas en el panorama político británico contando en la actualidad con veinticuatro diputados, la idea del gabinete fantasma podría verse relegada como reliquia del pasado.

Si la nueva alianza liberal-socialdemócrata logra romper el molde bipartidista de la política británica, la función de un gabinete fantasma perderá su sentido.