El terrorismo armenio coloca al Gobierno francés en una posición delicada

La detención del militante clandestino armemio Dimitriu Giorgiu, en París, coloca al Gobierno francés en una delicada posición frente al desarrollo de la violencia. Al mismo tiempo, una vez más, este asunto ilustra la disonancia persistente entre el nuevo poder francés y una fracción de la policía.

El Ejército Secreto Armenio para la Liberación de Armenia (ESALA), tras la detención de Giorgiu, cometió cuatro atentados en Beirut el domingo pasado y amenaza con volar un avión de la compañía gala Air France. El ESALA y el atentado el año pasado contra la sinagoga de la Rue Copernic pudieran estar ligados.El miércoles de la semana última, Giorgiu fue detenido por la policía en el aeropuerto parisiense de Orly cuando atravesaba la frontera camino de Beirut. Su pasaporte era falso y se descubrió que era miembro del ESALA, la organización clandestina que lucha contra el Gobierno turco. Las investigaciones efectuadas durante las horas que siguieron a la detención de Giorgiu no dieron resultado positivo, y las autoridades judiciales competentes ordenaron su embarque hacia Beirut. Pero en el último minuto, nuevamente en Orly, cuando, se disponía a tomar el avión, fue detenido por segunda vez el viernes pasado.

Razón del segundo interrogatorio y del encarcelamiento que le sigue el falso pasaporte de Georgiu es del mismo origen que el del pasaporte del muchacho que colocó la carga explosiva el año pasado en la sinagoga de la Rue Copernic (cuatro muertos). Pero la defectuosa o difícil coordinación entre los servicios policiales y las autoridades judiciales provocó, según expresión oficiosa, Ia "metedura de pata" del Gobierno, consistente en detener en el plazo de 48 horas a la misma persona. Esto indicaría algo que ya se viene observando: que parte de la policía no digiere aún la victoria de François Mitterrand del pasado día 10 de mayo, por estimar que su política de derechos humanos y de "Francia, tierra de asilo" favorece la instalación del terrorismo en este país.

El ESALA, por su parte, tras la detención de Giorgiu, ha desencadenado una campaña de presión sobre el Gobierno de París, con cuatro atentados en Beirut contra establecimientos galos, amenazando también a los diplomáticos de este país destacados en otros puntos.

Editorial de Le Monde

En un matizado editorial, el diario independiente Le Monde hacía suya ayer la opinión del resto de la Prensa y parecía traducir la actitud frente al terrorismo que desearía adoptar el Gobierno socialista tras algunos meses de aparente incertidumbre: "La política de tierra quemada, incluso involuntariamente, no puede ser favorecida por un Gobierno socialista. Ningún terrorismo debe ser objeto de complacencia, tanto si se trata del de ESALA como del de ETA. Las reivindicaciones armenias, como las de los vascos, pueden defenderse en los planos étnico y político, pero no justifican las violencias y los atentados. Algunas declaraciones apresuradas de varios miembros del Gobierno francés, en un primer tiempo, han podido dejar sobreentender cierta ambigüedad a propósito de la posición de París. Pero es bueno que las cosas se clarifiquen".