Señores, patriotismo

( ... ) El Congreso de Palma se mostró desde el primer momento como una gigantesca chapuza. Se buscó allí más la victoria de unos que el equilibrio de todos. Se fabricaron los "humillados y ofendidos", y con ello se construyó la guerra intestina. No debería la reunión del Consejo político convertirse en una chapuza más. Tampoco de la reunión de hoy o de la del Consejo político deberían surgir unos humillados y ofendidos, tanto si son los mismos de Palma como si se tratara de una absurda vuelta de la tortilla.La unidad de mando es necesaria, imprescindible. Pero no será una solución definitiva si no se hace acompañar de un pulso soberano, no en el reparto igualitario o proporcionado de trozos de la tarta del Poder, sino en el equilibrio de las diversas (y todas positivas) fuerzas que coexisten en la UCD de hoy. La solución no es un "ahí está la puerta", sino un "aquí hay trabajo para todos; porque aquí cabemos todos". Todos, naturalmente, los que acepten y respeten una disciplina.

Ojalá esta Asamblea de hoy logre ese doble objetivo de la unidad de mando y el respeto de todos. Tal vez así UCD recuperase parte o todo aquel prestigio que un día le valió el ser apoyada por siete millones de votantes.

13 de noviembre