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Una familia de Valdefuentes (Cáceres), posible heredera de una fortuna cercana a los 10.000 millones de pesetas

La posible herencia de cien millones de dólares (unos 10.000 millones de pesetas) dejada por Pedro Solís, un emigrante del pueblo cacereño de Valdefuentes, ha revolucionado la comarca. De los rumores que surgieron en un principio sobre el hecho de que el dinero recayese en las quince familias que pueblan la aldea se ha pasado ahora a la búsqueda de los directos receptores de la fortuna. Sin embargo, las noticias son aún muy confusas. Según parece, los posibles herederos se encuentran repartidos por Valencia, Galicia y Madrid, además de algunos residentes en el pueblo de Cáceres.

Los habitantes del pueblo cacereño de Valdefuentes, a escasos kilómetros de la capital, se han visto envueltos de repente en una historia que parece sacada de Las mil y una noches. La fábula, real sin embargo, nos presenta unos datos que en lo material pueden hacer desmayarse a cualquiera. Se trata de una herencia de 10.000 millones de pesetas, de la que es beneficiaría la familia Gil de la citada localidad.A nivel de rumor se había dicho que la herencia la había dejado un veterinario emigrante fallecido en Nueva Orleans hace pocas semanas, que había donado toda su fortuna a quince familias de Valdefuentes. Como dato anecdótico se hablaba de que uno de los principales beneficiarios era Julio Gil, miembro hasta las últimas elecciones partidistas del comité local de la UCD de Cáceres, al que habrían correspondido cuatrocientos millones de esa fastuosa herencia.

Una vez destapado el asunto, la familia Gil no quiere hablar, aunque actúa como portavoz de toda ella el citado Julio Gil. Por él se ha podido saber que la familia está dispersa por Galicia, Madrid y Valencia.

El que amasó tan importante fortuna es un pariente de los Gil, originario de Valdefuentes. Concretamente era hermano del bisabuelo de Julio Gil, que fue cónsul de España en Lima hace algo más de cien años, y que legó al morir toda su fortuna a dos hijos solteros que tenía, un varón y una hembra. Ha sido precisamente a raíz de la muerte del heredero varón, ocurrida hace un año, cuando la lluvia de millones se ha precipitado sobre la familia Gil.

El portavoz familiar ha comunicado que están indagando en el árbol genealógico para valorar convenientemente cuál puede ser el alcance de la herencia. Una herencia que, por su cuantía, les hace ser cautos a la hora de hablar. Es difícil hacerles decir algo, aunque al menos públicamente opinan que el asunto está muy oscuro. Las cautelas son lógicas en cierta forma, habida cuenta de que serían 10.000 millones de pesetas, a repartir entre un reducido grupo de personas. En cualquier caso, una vez clarificados todos los pormenores, hablarán con más extensión.

Hay que decir, por último, que en los primeros momentos de desatarse el rumor, Valdefuentes, un pueblecito pequeño y castigado por la emigración, fue una verdadera fiesta, a la que se sumaron casi todos los habitantes, que veían de alguna manera la posibilidad de estar entre los herederos de tan inmensa fortuna.

Otras fuentes consultadas por Europa Press señalan que la herencia tiene un extraño recorrido. Según parece, los hermanos Pedro y Joaquín Solís Arias emigraron a América hacia el año 1860. El primero de ellos, opinión mayoritaria en el pueblo, estuvo como cónsul en Nueva Orleans (Estados Unidos). Allí tuvo dos hijos: Federico y Pilar. Mientras Federico murió sin descendencia, Pilar tuvo un hijo, a quien puso el nombre de su hermano. Este fue también vicecónsul en un país suramericano y murió sin descendencia.

El segundo de los hermanos emigrados, Joaquín, tuvo cuatro hijos: Julio, Federico, Pilar y Marías Solís. El primero de ellos, Julio, tuvo, a su vez, siete hijos, que según parece son los herederos más próximos. Cuatro de ellos residen en Galicia y otros tres en Valencia, Madrid y Valdefuentes.

Jesusa Solís, que reside en un barrio de la zona norte de Madrid, confirmó tener conocimiento de la posible herencia y, al ser preguntada por Europa Press, señaló: "Pues mire, ojalá sea verdad, aunque yo no me hago ilusiones. Claro que de ilusión también se vive. De todas formas, creo que no van a dejar venir tanto dinero a España, porque son muchos millones".

Por su parte, el esposo de Carmen, Alfonso Gil, residente en Valdefuentes, manifestó que la noticia no tiene para la familia fundamental significado, ya que "si he vivido bien sin lo que pudiera caerme, cosa que está muy en el aire, sin ello seguiré extendiéndome bien mi manta para dormir tranquilo".

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