Primera reunión de la Asamblea Consultiva turca
El jefe del Estado turco, general Kenan Evren, calificó ayer de "paso importante hacia la restauración de la democracia" la primera reunión de la Asamblea Consultiva, formada por 160 miembros, designados a dedo por la Junta Militar que gobierna el país desde el golpe de Estado de septiembre del año pasado.
La Asamblea Consultiva hará las funciones teóricas de la Cámara baja de un Parlamento occidental, mientras que el Consejo de Seguridad Nacional, formado por Evren y otros cuatro altos jefes de las fuerzas armadas, desempeñará el papel de Senado o Cámara alta. Los dos organismos forman la Asamblea Constituyente, que debe redactar una nueva Constitución y una ley electoral antes de convocar elecciones generales.La sesión inaugural de la nueva Asamblea se celebró en el edificio del antiguo Senado, en Ankara, y fue radiada y televisada en directo. Las habituales restricciones de electricidad (dos horas cada mañana en la mayoría de las provincias turcas), motivadas por la grave crisis energética y económica que afecta a Turquía, fueron suspendidas ayer para que la población pudiese informarse de la creación de la Asamblea Consultiva.
Nadie espera otras funciones de este organismo que la legislación en temas de muy escasa importancia y el estampillado y visto bueno de las decisiones tomadas por la Junta Militar.
Cuarenta de los componentes de la Asamblea fueron designados directamente por el general Kenan Evren, mientras que los 120 restantes fueron elegidos por el Consejo de Seguridad Nacional, que preside Evren y que forman los jefes de los tres ejércitos y de la gendarmería. Hay cinco mujeres entre los parlamentarios designados por la Junta Militar, y predominan antiguos funcionarios y profesionales de ideas claramente conservadoras. Entre ellos está un ex Jefe de los servicios secretos turcos, un famoso cirujano de corazón, un actor, una treintena de ingenieros y más de cuarenta abogados.
Este primer paso de los militares, que tornaron el poder en Turquía hace catorce meses, hacia la normalización democrática, según se define aquí, estuvo acompañado de una gran publicidad y se realizó en medio de gran ceremonia. Los 160 parlamentarios juraron, uno tras otro en medio de grandes aplausos de sus colegas y bajo la atenta supervisión de los miembros de la Junta Militar.
El general Evren aseguró en su discurso de apertura que no existe un proyecto de Constitución, y que los miembros de la Asamblea serán libres de redactar una nueva carta fundamental sin presiones de ningún tipo. El líder del golpe militar del pasado año dijo también que esta Asamblea y sus funciones iban a ser objeto, sin duda, de duras críticas en "medios ignorantes" de la realidad política de Turquía, pero que eso no importaba en absoluto a los miembros del Consejo de Seguridad Nacional, preocupados sólo por el futuro de la nación.
El jefe del Estado turco subrayó que la política exterior de su país está basada en la democracia. De nuevo faltó en las palabras de Evren un calendario de ese tránsito a la democracia, o al menos al tipo de democracia que quieren forjar los militares turcos tras el grave deterioro sufrido por el régimen parlamentario en los últimos años, plagados de terrorismo, en crisis económica e incapacidad de gobernar a causa de las rencillas interpartidarias y del filibusterismo político en las Cámaras parlamentarias.
Los más optimistas creen que el poder será devuelto a los civiles a finales de 1983, mientras que muchos coinciden en que eso no ocurrirá hasta, por lo menos, 1985.
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