Tormenta política en Italia por la posible venta de "Il Corriere della Sera" al presidente del partido republicano, Bruno Visentini
La venta del mayor diario italiano, Il Corriere della Sera, al grupo editorial Rizzoli está levantando tal polvareda que se ha convertido en un asunto estrictamente político, hasta el punto de que el actual Gobierno de centro-izquierda, presidido por el republicano Giovanni Spadolini, ha llegado a tambalearse. Anteayer, Spadolini se presentó ante el Parlamento para responder a las numerosas interpelaciones hechas por todos los partidos sobre si es verdad que Il Corriere della Sera va a ser comprado por la empresa Olivetti, de la cual es presidente Bruno Visentini, actual presidente del partido republicano.Todo esto ocurre porque en Italia, por ley, es obligatorio conocer públicamente los propietarios de un diario. Il Corriere della Sera entró en crisis zarandeado por el escándalo de la logia masónica Propaganda Dos, en la que estaban implicados tanto el propietario, Rizzoli, como el director, Antonio di Bella, obligado a dimitir. El diario más prestigioso del país iba a ser comprado por Roberto Calvi, presidente del Banco Ambrosiano, cuando fue encarcelado, también implicado en la historia de la P-2. Ahora, indiscrecciones de la Prensa hablan de la posibilidad de que Il Corriere della Sera sea comprado por Visentin, y el grupo Olivetti, pero Visentini es el autor de la hipótesis de un Gobierno no controlado por los partidos políticos y con un Ejecutivo formado por técnicos, sin exclusión de comunistas. Es una hipótesis contestada duramente por los socialistas. De hecho fue Visentini quien hizo fracasar la posibilidad de una presidencia socialista, el año pasado, con la publicación de un artículo durísimo contra el candidato Bettino Craxi, secretario del partido socialista.
Los socialistas temen ahora que la operación Visentini-II Corriere della Sera pueda ser la clave antisocialista, convirtiéndose en el diario del grupo de industriales que no apoyan a Craxi, y como plataforma política para la hipótesis de Visentini sobre un futuro Gobierno no controlado por los partidos, dificultando de este modo la llegada de los socialistas a la Presidencia del Gobierno. Esto ha sido lo que ha llevado al Gobierno al límite de la crisis, poniendo a Spadolini entre la espada y la pared, al ser Visentini el presidente de su partido. Sin embargo, Visentini, para no crear problemas a su colega republicano que está al frente del Gobierno, ya ha anunciado que si se apodera de Il Corriere della Sera dimitirá como presidente del partido.
Mientras tanto, las firmas más prestigiosas de Il Corriere della Sera, empezando por Alberto Ronkey, Enzo Biaggi y el vicedirector, Mucci, han dejado el diario, pasando al berlingueriano Repubblica, que, gracias a esta crisis del Corriere, se está nutriendo de las firmas más prestigiosas del país.
También se habla de que tendrá que dimitir el neoelecto director Alberto Cavallari, acusado de filocomunista.
Cavallari fue el único periodista del mundo que consiguió para Il Corriere della Sera una entrevista con el papa Pablo VI.
De lo que no cabe duda es de que Il Corriere della Sera, con su profunda crisis interna y la pérdida de credibilidad, es el primer fruto amargo de la logia masónica Propaganda Dos, y no ha resistido a la sacudida del escándalo.
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