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El alcalde socialista de Valencia, desautorizado por su partido

El alcalde de Valencia, Ricard Pérez Casado, del PSOE, no retiró ayer las delegaciones municipales de servicios a los concejales de UCD, en contra de lo que había anunciado (véase EL PAÍS de ayer). La marcha atrás en una decisión que estaba apoyada por los grupos Socialista y Comunista del Ayuntamiento se debió a que la ejecutiva del Partido Socialista del País Valenciano (PSPV-PSOE) desautorizó a última hora al alcalde.

En una reunión que registró ciertas tensiones, la ejecutiva socialista decidió, la noche del día anterior, que era preferible no crear elementos de fricción con UCD. La mayor parte del órgano interpretó, según fuentes oficiosas, que una medida como la anunciada por el alcalde podría repercutir desfavorablemente en la tramitación en las Cortes del Estatuto de Autonomía y en la continuidad de la nueva etapa del Consejo del País Valenciano, al que se han reincorporado los socialistas.

Las mismas fuentes indicaron que la ejecutiva considera muy probable una operación próxima de UCD y AP hacia la creación de la gran derecha y que sería erróneo dar en esas circunstancias una imagen de frente popular con alianzas entre socialistas y comunistas.

En cualquier caso, el alcalde queda en muy mala posición ante la opinión pública después de haber justificado el anuncio de cese en las delegaciones de los concejales centristas, afirmando que algunos de ellos se dedicaban a practicar la agitación.

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