_
_
_
_

Moshe Dayan dedicó los últimos años de su vida a consolidar la paz entre Israel y Egipto

El ex ministro israelí de Defensa y Asuntos Exteriores, Moshe Dayan, de 66 años, falleció ayer en Tel Aviv a consecuencia de una angina de pecho. Dayan se encontraba hospitalizado desde la noche del jueves, tras haber sufrido un primer ataque cardíaco. El 24 de junio de 1979, al general Dayan le había sido extraido un tumor canceroso en el intestino. Dayan, que conservó su escano parlamentario tras las elecciones del pasado 30 de junio, fue uno de los protagonistas de los acuerdos de Camp David, en septiembre de 1978, en su calidad de ministro de Asuntos Exteriores del Gobierno de Menájem Beguin.

Más información
Le hubiese gustado establecer relaciones con España

"Debemos aferrarnos a la paz concluida con Egipto y estar atentos para que no se nos escape de las manos". Con estas palabras Moshe Dayan concluía su último artículo, aparecido el día de su muerte en el diario popular Yedioth Aharonot. Este artículo tiene el carácter de un testamento político.Dayan había dedicado los últimos años de su vida a la negociación y a la consolidación de esta paz. Fue, junto con Ezer Weizman, el principal artífice de la paz con Egipto, después de haber llevado, durante casi toda su vida adulta, la guerra contra Egipto.

Nacido en 1915 en el kibbutz de Dagania, educado en la población de Nahalal, Dayan parecía predestinado a convertirse en agricultor, al igual que su padre. Lo que no sucedió, a pesar de su amor por la tierra y, sobre todo, porque en la tierra se encontraba una de sus pasiones: la arqueología.

Con las tropas aliadas

Dayan serviría a su patria primero como soldado y después como político. A los 16 años, entró en el grupo Haganag, siendo detenido por los británicos, y ocho años después, condenado a cinco años de cárcel, acusado de diversas actividades terroristas.

Liberado en el año 1941, se unió a las tropas aliadas y dirigió, integrado en el Ejército británico, una expedición clandestina en el interior del territorio sirio, en el transcurso de la cual perdió un ojo. A partir de entonces, el parche negro, signo distintivo de Dayan, se convertiría en una leyenda.

Al finalizar la segunda guerra mundial, regresó a los trabajos agrícolas, pero no por mucho tiempo. Reclamado por el grupo Haganah, entonces.semielandestino bajo el mandato británico, participó en el entrenamiento de los futuros soldados israelíes.

En el transcursdo de la guerra de independencia, en los años 1948 y 1949, dirigió varios sectores militares, y después participó activamente en las negociaciones árabe-israelíes para el armisticio en la isla de Rodas en 1949.

En secreto se entrevistó con el rey Abdallah de Jordania, que sería víctima de un atentado poco tiempo después, como ocurrió con Anuar el Sadat 30 años más tarde, al tratar de establecer la paz con el Estado de Israel.

En 1953, Dayan es nombrado jefe del Estado Mayor israelí por el propio David Ben Gurion. Dayan dirigió la campaña del Canal de Suez en 1956 contra Egipto, y un año más tarde fue desmovilizado.

Elegido diputado del Mapai (futuro partido laborista), llegó a ministerio de Agricultura. A pesar de su pasado como conocedor de este tema, Moshe Dayan no se cubrió de gloria en este cargo. Abandonó la política, que sustituyó por la universidad, y dedicó sus esfuerzos a estudiar la historia del Oriente Próximo.

En vísperas de la guerra de los seis días (1967), a raíz de la entrada de las tropas egipcias en el Siriaí y el bloqueo de los estrechos de Tirán, la población israelí fue presa del pánico. Levi Eshkol, primer ministro y ministro de Defensa israelí, se encuentra en una posición de debilidad ante la población que exige el retorno de Dayan. De esta forma, el recién fallecido pasó a ocupar la cartera de Defensa, y no precisamente porque el comité central del Partido Laborista, del que formaba parte Dayan, lo hubiese decidido, sino por la presión de la opinión pública.

Comienzo de una carrera

Fue el verdadero comienzo de la carrera política de Dayan, que le marcó para el resto de sus días y nunca olvidó que no fueran los dirigentes laboristas quienes le eligieran, sino un plebiscito popular.

Mose Dayan permaneció en las filas del laborismo hasta 1977, año en el que se replanteó su trayectoria política sin consultar con nadie.

Discípulo de Ben Gurion, quien le enseñó a subordinar sus propios intereses a los del Estado, Dayan no supo -o tal vez no quiso- "hacer política" con la habilidad táctica que caracterizó a su maestro.

Adulado por las masas, respetado por sus compañeros, y temido por sus enemigos, Dayan fue siempre un lobo solitario. "Dayan no tiene amigos, solamente subordinados", decían sus amigos íntimos.

El fracasdo inicial de la guerra del Yom Kippur, en 1973, en el que Sadat cogió desprevenido a Dayan, fue un duro golpe a su popularidad. Pero no se dejó amedrentar. Criticado por el pueblo, Dayan esperó su hora, que le llegó cuando Menájem Beguin alcanzó el poder. Dayan abandonó el partido Laborista a pesar de haber sido elegido en séptima posición en la lista de esta formación política, y en 1977, Beguin le encargó la cartera de Asuntos Exteriores.

Al no aceptar el plan de autonomía unilateral palestina, Dayan abandonó el Gobierno del primer ministro consercador israelí. Comienzó entonces la travesía del desierto político, pero este viejo luchador no abandonó el combate.

Se presentó a las elecciones de 1981 como primero de la lista de un grupo que llevaba su propio nombre: Dayan. El fracaso en estas elecciones es total. Tan solo obtiene dos diputados. Enfermó, y minado por el cáncer, prosiguió su combate en solitario escribiendo artículos en la Prensa hebrea y pronunciando conferencias hasta el último minuto.

Mopshe Dayan ha muerto como vivió. Como un brillante marginado de la política israelí.

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo

¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?

Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.

¿Por qué estás viendo esto?

Flecha

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.

Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.

En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.

Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_