Se agrava la crisis económica en los países de la CEE
La evolución de la crisis económica en los diez países miembros de la CEE ha sido en 1980 peor de lo que preveían los expertos de la Comisión Europea, y la situación no mejorará previsiblemente a finales de 1981. Este podría ser el resumen del informe anual hecho público ayer en Bruselas por los expertos comunitarios, que reconocen, humildemente, haber sido demasiado optimistas.Según la Comisión Europea (órgano ejecutivo de la CEE), el índice de paro ha aumentado hasta un 8% del total de la población activa, cuando sólo se preveía un 7%. El producto interior bruto de los diez no ha aumentado en lo que llevamos de 1981; pero ello es debido a un factor inesperado: la fuerte subida del dólar norteamericano, que se calcula en un 34% entre septiembre de 1980 y el mismo mes de 1981.
Mayor inflación
Por culpa de esta revaluación de la moneda estadounidense, provocada por la política de elevadas tasas de interés que aplica Washington, los precios a la importación aumentarán en este año más que en el precedente (un 16,5%, contra un 14,5%). El resultado más inmediato es una tasa de inflación también más elevada: un 11,3% como media, contra un 9,7% en 1980.
Esta vez la culpa de la profundización de la crisis no es del petróleo árabe, ya que el precio del barril de crudo se ha estabilizado aproximadamente en unos 35 dólares.
Según los expertos, la masa monetaria aumentará este año en una media comunitaria del 11%, mientras que el déficit presupuestario, también en términos de media para los diez países de la CEE será del 4,4% del producto nacional bruto, en lugar del 3,9% que se preveía.
Pese a todo, el elemento más dinámico de la economía europea son las exportaciones, que aumentarán en un 4,5% hacia países terceros, más del 2,5% que se calculó inicialmente. La demanda interior no se incrementará paralelamente, ya que, su tasa de crecimiento no debe ser superior a finales de 1981 a un 1,5%.
Los expertos comunitarios han entrado de lleno en una polémica que provoca crisis de Gobierno en más de un país de la CEE y han adoptado una posición comprometida: la Comisión sugiere, en efecto, que en los países en los que sea posible se excluyan del índice del coste de la vida (y, lógicamente, de su repercusión sobre los salarios) los elementos que escapan al control de las empresas, como la fiscalidad indirecta, índice de intercambios, etcétera.
En resumen, los expertos de la Comisión, Europea, que no han visto cumplirse sus previsiones y que reconocen que la lucha contra la inflación no ha dado los resultados apetecidos, al menos hasta el momento, afirman que los resultados económicos de la Comunidad "han sido particularmente, modestos en 1980".
"La mejora de los resultados en 1982", explican, "no será suficiente, sin embargo, para invertir la tendencia del índice de desempleo y para corregir la debilidad de la economía y los errores de política económica que han dejado a Europa mal defendida frente a los saltos que ha sufrido la economía mundial".
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