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La Comisión de Exteriores del Congreso inicia hoy el debate sobre la adhesión de España a la OTAN

La comisión de Asuntos Exteriores del Congreso de los Diputados inicia hoy el debate sobre la petición del Gobierno a las Cortes de autorización para la adhesión de España a la Alianza Atlántica. Según los planes del Ejecutivo, la Comisión, y, posteriormente, el Pleno, deberán concluir esta discusión parlamentaria para finales de este mes, fecha en la que se reanuda en Madrid la Conferencia sobre Seguridad y Cooperación en Europa.

Asimismo, el Gobierno del presidente Calvo Sotelo quiere acelerar este debate para que el ministro de Asuntos Exteriores, José Pedro Pérez-Llorca, envíe una carta al secretario general de la OTAN, Joseph Luns, declarando la disponibilidad del Gobierno español para ser invitado a adherirse al Tratado del Atlántico Norte. Esta carta, a enviar en el mes de noviembre, permitiría al Consejo Atlántico (Consejo de Ministros ordinario de Asuntos Exteriores de los quince países de la OTAN) de invierno, a celebrarse en Bruselas, en los primeros días de diciembre, anunciar oficialmente la invitación a España para que se adhiera a la Alianza.También quiere el Gobierno, en una triple operación de cobertura de la cuestión OTAN, acelerar o desbloquear el conflicto hispano-británico sobre Gibraltar, buscando una salida aliada a la base del Peñón, y a la vez conseguir de los países más atlantistas del Mercado Común un apoyo político en favor del establecimiento de un calendario definitivo de la adhesión de España a la CEE en la cumbre europea de Londres, que comenzará en la capital británica el próximo 26 de noviembre.

La urgencia de este debate parlamentario, al que rodean iniciativas de la oposición ante la opinión pública contrarias a la adhesión a la Alianza, va a encontrar poca resistencia reglamentarla y de trámite en las Cámaras españolas, dada la mayoría absoluta con la que cuenta UCD en esta opción política, con el sostén de Coalición Democrática, de la Minoría Catalana y del matizado apoyo de la Minoría Vasca.

Por el contrario, el principal partido de la oposición, el PSOE, que ha renunciado a la movilización popular en la calle (hoy día en manos, y con bastante éxito, de sectores de la izquierda extraparlamentaria, con el apoyo de algunos diputados), y que se ha limitado a una tardía y poco eficaz oposición parlamentaria, que incluye la ausencia de toda acción en común de las fuerzas de izquierda, ve su actitud en este debate reducida a una cuestión de trámite o casi testimonial.

Los intentos de prorrogar el plazo de enmiendas del debate OTAN, de conseguir la opinión del Tribunal Constitucional; la necesidad de que este tema esté sometido a una mayoría parlamentaria cualificada o, sobre todo, que el Gobierno acepte un referéndum en torno a esta cuestión han fracasado y no tienen visos de prosperar en el curso de las próximas discusiones parlamentarias.

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El proceso OTAN

Aunque el partido centrista incluyó el debate de la OTAN en su programa electoral, lo cierto es que hasta marzo pasado nunca el Ejecutivo había decidido poner en marcha de manera definitiva este calendario. El ex presidente del Gobierno Adolfo Suárez quería que la opción atlántica coronara la solución de otros problemas más urgentes de la política exterior española, como la cuestión de Gibraltar o las negociaciones de adhesión a la CEE, y utilizaba para ello el señuelo de la posición estratégica española como acicate a los principales Gobiernos aliados y, de manera especial, a Estados Unidos, país con el que España tenía y tiene pendiente la readaptación del acuerdo bilateral defensivo.

Al término de los debates de la moción de censura que el el presidente Suárez sufrió en la primavera pasada, el ex ministro de Asuntos Exteriores Marcelino Oreja anunció, en unas declaraciones a EL PAÍS, las fechas que hoy se cumplen en el calendario OTAN Oreja dijo que en el otoño de 1981 se pondría en marcha este proceso y que España ingresaría en la OTAN antes de 1983. El ex ministro hacía coincidir la fecha de partida con el tope de caducidad del acuerdo bilateral con Washington o el prorrogado por ocho meses.

El presidente Calvo Sotelo dio urgencia a este proyecto tras el intento de golpe de Estado del 23 de febrero, como gesto inequívoco de su giro a la derecha y como solución única y alternativa al fracaso de la renegociación bilateral con Estados Unidos, en la que el ministro Pérez-Llorca no ha conseguido las contrapartidas necesarias para la Firma de un nuevo acuerdo. El presidente Calvo Sotelo ha querido, a la inversa que su predecesor, Adolfo Suárez, anteponer el tema OTAN a las otras cuestiones claves de la política exterior con la idea de que ello iba a reanimar las otras discusiones hoy bloqueadas.

Ante esta política, el primer partido de la oposición, el PSOE, parece haber sido sorprendido. Por un lado, su apoyo a la renovación del acuerdo con Washington ha quedado en entredicho, como también lo está la llamada oposición frontal que el PSOE ejercita la cuestión OTAN con una tibia campaña y la recogida de firmas a favor del referéndum. Más clara está la posición del partido comunista, aunque también en contradicción por su apoyo al acuerdo bilateral con Washinaton, que el Gobierno ha situado en un segundo plano. Las minorías nacionalistas vasca y catalana favorecen la opción atlántica y los andalucistas se mantienen contrarlos tanto a la OTAN como al acuerdo bilateral con Washington.

Todas estas posiciones, que no se espera que alteren el resultado del debate parlamentario, sí tendrán influencia ante la opinión pública e incluso ante los países de la OTAN, cuyas cancillerías en Madrid van a seguir muy atentamente el desarrollo del debate para informar a sus respectivos Gobiernos. Asimismo, esta discusión va a tener efectos en la reapertura de la Conferencia de Madrid sobre Seguridad y Cooperación en Europa, y en otras áreas de países con especiales relaciones con España, como las naciones árabes y los países latinoamericanos, ya que la opción OTAN va a condicionar de manera importante el presente y futuro de la política exterior española.

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