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El clioquinol se vende libremente en las farmacias españolas

El principio activo de numerosos medicamentos destinados a combatir las diarreas intestinales, el clioquinol, que llegó a estar entre los antisépticos más vendidos, y del que posteriormente fue comprobada la toxicidad, llegando a ser prohibido en diversos países, se vende libremente en España sin receta, a pesar de exigirse tal requisito por la legislación vigente.

El doctor Eneko Landaburu, higienista médico de Bilbao, ha remitido a EL PAÍS un extenso informe sobre el clioquinol, según el cual, este producto. que científicamente responde a la denominación cloro-5-hidroxi-8-iodo-7-quinoleína, provocó en Estados Unidos al menos cuatrocientas afecciones graves de la vista, por lo que ya en 1952 el Gobierno prohibió su venta en comprimidos.El producto fue lanzado publicitariamente en Japón como una auténtica pastilla milagrosa en 1953. Sólo cinco años más tarde aparecía una nueva enfermedad, la neuropatía mielo-óptica subaguda, denominada internacionalmente smon, que producía ceguera, parálisis progresiva Y, en casos agudos, la muerte.

No obstante, la relación directa entre el clioquinol, que desde su lanzamiento en los años treinta por la multinacional Ciba-Geigy había conocido un éxito fulgurante como antidiarréico, y la enfermedad smon sólo fue comprobada y publicada en 1966. El médico sueco Olle Hanson, especialista en neurología infantil, trató a un niño de dos años con clioquinol y, ante la eventualidad de una prolongación por espacio de varios anos de dicho tratamiento, solicitó asesoramiento a Ciba. La respuesta afirmaba que no había el menor riesgo. Sin embargo, diez meses más tarde, el niño se había quedado completamente ciego, por lo que el médico publicó un artículo en una prestigiosa revista médica inglesa. Más tarde se supo que Ciba había dirigido circulares a los veterinarios advirtiendo que el producto era peligroso para los perros y los gatos. Tres años después, Suecia y Noruega decidieron suprimir toda publicidad del producto y prohibieron su venta, salvo para el tratamiento de una enfermedad muy rara: la acrodermitis enteropática.

Ya en 1970 el Gobierno japonés tomó cartas en el asunto y prohibió tajantemente el producto; para ello hizo falta que murieran mil personas y que 30.000 enfermos quedaran inválidos.

El 15 de marzo de 976 se abrieron diecisiete procesos simultáneos, en Tokio y otras ciudades japonesas, por denuncia de 3.200 consumidores que acusaban a Ciba-Geigy, a otros seis laboratorios y a una treintena de médicos, de la muerte de mil personas y la invalidez de otras 30.000, reclamando 24.000 millones de pesetas por dañes y perjuicios.

En octubre de 1977, varios grupos de demandantes consiguieron una fuerte indemnización.

Sin embargo, en España se despachan libremente toda una serie de productos que contienen clioquinol. Como antisépticos intestinales, los productos Entero-Vioformo y Mexaformo, de Ciba-Geigy; Dioxiquin, de Medix; Enterotoxan, de Bicsa, y Astrinmás, de Lifasa. Como antisépticos urinarios, Uritrate, de Substancia. Y como pomadas, Locortene-Vioformo, de Ciba-Geigy; Corticreme, de Andrómaco, y Dermisone-Quinolén, de Frumtost.

El Boletín del Consejo General de Colegios Oficiales de Médicos de España, en su número 35, de abril de 1980, denunciaba así el problema del Entero-Vioformo y otras drogas comercializadas por Ciba-Geigy: «La Subdirección General de Asistencia Farmacéutica del Ministerio de Sanidad ha declarado que en España («España es diferente») no es necesario prohibir tal producto, pues, aunque han prohibido su come rcialización Japón y Estados Unidos, en nuestro país no ha producido los casos neurológicos y de ceguera denunciados en una reciente conferencia internacional celebrada en Ginebra».

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