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Críticas a la LAU en la apertura del curso de varias universidades

El proyecto de ley de Autonomía Universitaria fue ayer el gran protagonista de los discursos oficiales pronunciados con motivo de los actos de apertura del curso académico 1981-1982 en tres universidades diferentes: la de Barcelona, la Universidad de Deusto, en Bilbao, y la Universidad Nacional de Educación a Distancia (UNED), presidido este último por el ministro de Educación y Ciencia, Juan Antonio Ortega.

«Volvemos a la vieja costumbre hispana de no resolver las situaciones. Ha llegado un momento en que no hay cerrazón, sino estancamiento», manifestó el rector de la Universidad de Barcelona, profesor Badía Margarit, según informa nuestro corresponsal Enric Canals.Para Badía Margarit existe una situación, con respecto a la universidad, de «violencia estructural, en donde los elementos de freno pesan más que los elementos innovadores». En su discurso expresó una «protesta enérgica por esta situación», señalando que«ni la ley de Autonomía Universitaria ni la universidad en general interesan a los círculos políticos, interesados en otros temas».

El rector de la Universidad de Barcelona dijo que le producía vergüenza tener que hablar de nuevo de la LAU, de cuyo borrador ya tuvo conocimiento la universidad en diciembre de 1977. «Desde 1977», añadió, «han pasado tres ministros, pero nada más».

Desde la perspectiva de la defensa de los intereses de las universidades privadas, también en el acto solemne de apertura del curso académico de la Universidad de Deusto, se incidió en las críticas al proyecto de ley de Autonomía Universitaria. El rector, el jesuita Dionisio Aranzadi, dijo en su discurso que «la universidad tiene una importante dimensión de servicio a la sociedad, pero que no se puede admitir la tesis de "universidad igual a servicio público"», informa Efe.

Después de manifestar que la Universidad de Deusto «se proclama como una institución sin fin lucrativo», enfatizó: «Nos negamos a convertirnos en servicio público », y añadió que si se aplica este principio a toda universidad, ello «llevaría consigo que la enseñanza superior es una actividad propia del Estado, y que sólo en régimen de concesión puede desarrollarse por particulares».

Tramitación rápida

Por su parte, el ministro de Educación y Ciencia, Juan Antonio Ortega, también aludió a la LAU en su intervención en el acto de apertura del curso de la Universidad Nacional de Educación a Distancia, afirmando su deseo y esperanza de su pronta tramitación y aprobación parlamentaria. «Ha seguido un camino arduo y azaroso», dijo Juan Antonio Ortega, «que sólo se puede culminar con un empeño tenaz de compromiso y con la ilusión de poner la acción política al servicio de la universidad, y no a la inversa».Se refirió asimismo el ministro a la disposición adicional del proyecto de la LAU que se refiere a la UNED, y que pretende respetar sus peculiaridades funcionales y su ámbito territorial.

El rector de la UNED, Tomás Ramón Fernández, había aludido en su discurso a que esta universidad ha continuado su expansión pese al cambie experimentado a raíz de las últimas elecciones locales (la mayoría de los centros asociados de la UNED están financiados por corporaciones locales y centros de ahorro), y que esta expansión «demuestra claramente que la UNED conecta con las necesidades sociales y que no se haya visto afectada por las tormentas autonómicas».

Después de trazar el perfil característico del estudiante de la UNED, que responde al de una persona mayor de veinticinco años, con responsabilidades familiares, que trabaja y cuenta con unos ingresos de nivel medio, el rector afirmó que la UNED «no puede definirse como fábrica de parados, puesto que es una universidad para gente que trabaja, que lucha por mejorar y que en gran parte, lo consigue».

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