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Los delegados del sindicato independiente Solidaridad acusan de antidemocráticos a sus dirigentes

Con nuevos ataques a la presidencia y a los expertos asesores, continuó en Gdansk el congreso del sindicato independiente polaco Solidaridad, que ayer votó una moción de condena contra su dirección por el sistema "antidemocrático" utilizado en la aceptación del compromiso con las autoridades sobre la autogestión, lo que por principio no quiere decir que los delegados rechacen el proyecto en sus términos actuales.

Después de la obligada celebración de la misa, con que todos los días comienzan las sesiones del congreso, los delegados aplaudieron fuertemente y cubrieron de ramos de flores a su presidente, Lech Walesa, que cumplió ayer 38 años. En el marcador electrónico del Palacio de Deportes de Oliva apareció la frase "Lech, cien años", y todos cantaron la canción popular de cumpleaños Que viva, que viva cien años.Quizá por la celebración Walesa no fue el blanco directo de los fuertes ataques de la base sindical, que en varias intervenciones acusó a la presidencia de Solidaridad de emplear un lenguaje incomprensible. "Esto no es un congreso de científicos, sino un congreso obrero", dijo uno de los delegados, en una frase que resume muchos de los ataques impregnados de antiintelectualismo.

El escritor Aleksander Malachowski intervino para advertir contra el peligro de abrir una brecha entre los obreros y los intelectuales. El tono de las intervenciones era de acusación por lo que se considera excesiva disposición al compromiso de la presidencia. Un delegado dijo que las palabras "compromiso, colaboración y capitulación" estaban muy próximas.

Walesa tuvo una breve intervención para decir que todos los miembros de la antigua oposición tienen cabida en la actividad de Solidaridad, "pero no deben tener un apetito desmesurado", y agregó: "Ni el partido, ni la Administración del Estado, ni la Iglesia, ni el KOR (Comité de Autodefensa social) podrán hacerse con el poder en el sindicato. Walesa defendió la gestión realizada en el primer año de existencia del sindicato independiente, y dijo que el desorden y la improvisación son una consecuencia lógica de las circunstancias en que se trabajó.

Nadie sabe cuándo terminará esta segunda fase del congreso, donde todavía falta la discusión del programa y las elecciones a la presidencia. La fecha prevista para la conclusión, mañana, jueves, es completamente irreal, y todos han reservado habitaciones en Gdarisk hasta el domingo.Un organizador comentó que cada minuto del congreso cuesta 2.000 zlotys (unas 6.000 pesetas), casi nueve millones de pesetas diarios. El organizador comentó irónicamente que "si no terminan para el domingo, habrá que empezar a congelar la pista de hockey sobre hielo del palacio de deportes, y entonces tendrán que salir".

Despertó interés la presencia en Gdansk de representantes de los policías, que intentan conseguir su reconocimiento como sindicato. El portavoz de los policías, un policía jubilado, declaró que cuentan con 40.000 afiliados, pero hasta ahora las autoridades no han permitido la sindicación de la policía, y se espera una decisión judicial sobre este problema.

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En la conferencia de Prensa con el portavoz de los policías se dio la circunstancia curiosa de que, quizá por primera vez, se encontraron, al mismo lado de la mesa, un policía y un representante del disuelto KOR, organización que en los últimos cinco años estuvo perseguida por las autoridades.

El representante policial explicó que los policías que quieran organizarse sindicalmente tienen que enfrentarse con sus superiores, y contó el caso de un subteniente que recibió la orden de un coronel de abandonar una reunión de los policías que quieren organizar el sindicato. El subteniente se negó a obedecer al superior.

El portavoz del sindicato Solidaridad informa todos los días a primera hora de la tarde al pleno del congreso sobre lo que la Prensa extranjera occidental y de los países vecinos de Polonia escribe sobre el congreso.

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