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Un concejal de UCD, presuntamente implicado en el intento de compra de votos para la alcaldía de El Grove

Un concejal de UCD en el Ayuntamiento de El Grove, puede estar implicado en el intento de soborno del concejal socialista Ezequiel Domínguez, registrado durante los primeros días de éste mes en la mencionada localidad pontevedresa. El objetivo de esta acción, que ha sido denunciada ante el juez de instrucción de Cambados, era, al parecer, impedir que la izquierda continuase controlando la gestión de este municipio.

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Alejandro Domínguez, hijo del edil socialista, aseguró a este periódico que, el pasado día 12, mientras él y su hermano mantenían una entrevista, a las 18.45 en el bar O Giso, con un individuo que ofrecía un millón de pesetas a su padre, en nombre de una inmobiliaria de Vigo, para que emitiese un voto nulo en la elección de alcalde que se iba a realizar una hora más tarde, Alfredo Bea concejal de UCD en el Ayuntamiento de El Grove, se encontraba a veinte metros de distancia, en el vehículo del intermediario anónimo. El concejal centrista fue visto en aquella situación por varios testigos que están dispuestos a declarar este extremo ante el juez.Durante la conversación con el intermediario, éste indicó, tanto a Alejandro Domínguez como a su hermano, que podrían concretar con Alfredo la oferta que éste hizo a su padre de levantarle los créditos que tiene de la Caja de Ahorros de Pontevedra por una cuantía de 3.700.000 pesetas, y garantías para comercializar mariscos durante 1981 y 1982 por valor de veinticinco millones de pesetas.

Si Ezequiel Domínguez hubiese emitido un voto nulo en el pleno en el que se eligió nuevo alcalde, UCD, cuyo cabeza de lista es Alfredo Bea, se habría alzado con la alcaldía, ya que los centristas tienen seis concejales en El Grove, frente a siete de la izquierda. De estos últimos, cuatro pertenecen al PCE, dos al PSOE y uno al Bloque Nacional Popular Gallego (BNPG). El triunfo centrista se habría producido porque la ley prevé que en caso de empate en una votación de estas características, la alcaldía queda adjudicada a la lista que obtuvo más votos en las elecciones municipales.

Sin embargo, tanto UCD como Alfredo Bea, que fue el alcalde de El Grove varios años hasta que tuvo que dejar el cargo en las elecciones de 1979, han afirmado que no tienen ninguna vinculación con el intento de soborno. El concejal centrista manifestó a EL PAIS que no conoce al intermediario misterioso y que nunca ha estado con él. Agregó que no tiene porqué ser él el Alfredo al que alude el representante de la inmobiliaria viguesa, tanto en la entrevista que mantuvo con los hijos del concejal socialista como en las conversaciones telefónicas que sostuvo con el propio Ezequiel Domínguez. No obstante, Alfredo Bea reconoce que le gustaría ser alcalde de El Grove, «todo el que encabeza una candidatura es porque aspira a la alcaldía».

Bea comenta que está ansiando que, se esclarezca este suceso y conocer la cinta magnetofónica en la que fueron registradas dos llamadas que efectuó el intermediario, pendiente de identificar, al concejal socialista, y en la que se nombra familiarmente en varias ocasiones a un tal Alfredo, sin que se mencione su apellido.

Tanto la cinta magnetofónica como otras pruebas relacionadas con la tentativa de soborno obran en poder del juez de instrucción de Cambados, ante el que presentó una denuncia el concejal socialista. No ha sido denunciado, en cambio, otro intento de comprar el voto del concejal del Bloque Nacional Popular Gallego, José Luis Otero Lamelas. Otero ha declarado a este diario que una persona de El Grove le ofreció un millón de pesetas por alterar el sentido de su voto, pero, al no contar con testigos, ha desistido de emprender acciones judiciales.

Estas operaciones de compra de votos surgieron inmediatamente después de que el comunista Joaquín Alvarez Corbacho dimitiese el 31 de agosto como alcalde de esta localidad para encabezar la candidatura de su partido al Parlamento gallego por la provincia de Pontevedra. El Ayuntamiento fijó para el día 7 de septiembre la celebración del pleno en que sería elegido nuevo alcalde.

Simular el soborno

Comenzaron entonces las presiones sobre los dos concejales mencionados para que emitiesen votos nulos en el pleno del día 7. Un vecino de El Grove, identificado como Luis, abordó a Ezequiel Domínguez y le ofreció 300.000 pesetas para que emitiese un voto nulo en la votación. Aunque el concejal socialista mantiene por el momento un hermetismo total, por estar el tema pendiente de resolución judicial, uno de sus hijos ha manifestado que el día 4, una persona, que dijo actuar en nombre de una inmobiliaria de Vigo, telefoneó a su padre para ofrecerle un millón de pesetas. Ante estas ofertas, el concejal emprendió una estrategia encaminada a identificar a quienes intentaban sobornarle.

Mantuvo una entrevista personal con el hombre de Vigo el mismo día 7, antes del pleno en el que finalmente Ezequiel Domínguez votó al candidato de la izquierda. Salió elegido alcalde el comunista Manuel Pueiro. Este hecho enojó intensamente a quienes intentaban comprar al edil socialista. El intermediario anónimo, que había asistido al pleno, le comentó que él había evitado que le diesen una paliza.

Sin embargo, quienes intentaban comprar al concejal no desistieron en su empeño al presentárseles una nueva oportunidad, ya que Manuel Lueiro dimitió a los dos días para permitir que otro compañero de partido accediese a la alcaldía. El pleno para elegir nuevo alcalde fue convocado. para el día 12.

Continúan las llamadas telefónicas al domicilio de Ezequiel Domínguez, ante lo cual, los hijos de éste deciden instalar un mecanismo para registrar las conversaciones. Después de varias pruebas con resultado negativo, consiguen grabar al fin, con un nivel de calidad aceptable, dos diálogos que mantuvieron su padre y el intermediario en la mañana del día en que se celebró el pleno decisivo.

«No quiero líos»

A las diez de la mañana del día 12, sábado, se produjo la primera de las dos llamadas registradas por el concejal socialista. En ella, el intermediario le dice a Ezequiel Domínguez: «Yo lo que te puedo garantizar es que hoy seguramente se te puede entregar medio kilo y el lunes otro medio» a lo que el concejal replica indicando que quiere garantía de que todo va a salir bien. «No quiero líos», señala, «porque casualmente voy a dimitir, el trabajo no permite atender el Ayuntamiento».

Ante esto, el intermediario le responde: «Si esto sale bien, no tienes por qué dimitir, Vas a tener todas las facilidades que te imagines. Vas a estar protegido por todos los lados. Me gustaría que confiaras en mí, por lo menos, aunque nos conocemos desde hace dos días». Inmediatamente le dice en relación con la otra oferta, «si quieres trato de localizar a Alfredo y que el hable contigo si tú quieres». Esta sugerencia es aceptada inmediatamente por el concejal socialista en su afán por acumular pruebas.

Hacia las doce del mediodía se desarrolla la otra conversación telefónica que fue grabada. El representante de la inmobiliaria de Vigo inicia así el diálogo: «Tardé en localizar a ese carallán. Esta tarde a las seis, si a ti te va bien, nos vemos con él y te entregamos eso. Te lo llevo yo personalmente, ya no interviene Luis para nada. Te llevo eso, y que él aclare delante de tí los compromisos a que se vaya a comprometer contigo». Ezequiel Domínguez expone sus dudas sobre la idoneidad de la hora, ante lo que su interlocutor le propone fijar la cita para las cinco de la tarde en Pontevedra. A esto se niega el concejal socialista, diciendo «fuera del Grove, nada». Su comunicante trata entonces de tranquilizarle: «Hombre, no va a pasar nada. Lo que no le apetecía a Alfredo era verte en El Grove». El concejal del PSOE propone entonces que Alfredo le llame por teléfono, a lo que el intermediario le responde que es mejor verse personalmente. Finalmente, Ezequiel Domínguez dice que tiene que consultar la cuestión con sus hijos, y su interlocutor no pone objeción alguna. Para concretar el lugar de la cita definitiva acuerdan mantener una nueva conversación telefónica. Surgen entonces recelos al intermediario anónimo, se muestra receloso al no proponerle Ezequiel que le llame al bar Padín, situado al lado de su domicilio, «confío en tí, espero que no estés haciendo ninguna tontería, porque, mira, si cometes alguna tontería, entonces puede salir todo mal para todos».

«La oportunidad de nuestra vida»

El edil socialista elimina los temores y pocos minutos después, desde el bar Padín, le comunica al intermediario que él no irá a la cita, pero que acudirían sus hijos. El encuentro queda fijado para las dieciocho horas en la cetárea propiedad de Ezequiel Domínguez. A las 18.15 horas, al ver que no acuden el individuo de Vigo y Alfredo, se desplazan hasta el bar O Giso, situado en las inmediaciones. Desde allí ven pasar el vehículo del intermediario hacia la cetárea, y en el que también, según varios testigos, viajaba Alfredo Bea. Al ver que los hijos del concejal no se encontraban en el lugar de la cita, el intermediario acude al bar mencionado, y durante una media hora trata de convencer a Alejandro Domínguez y a su hermano de que acepten un millón de pesetas y que hablen con Alfredo para concretar con el su oferta. «Es la oportunidad de vuestra vida», les dice el intermediario.

Los hijos del concejal rechazaron lo que se les proponía y acudieron al Ayuntamiento. A las ocho de la tarde comenzó el pleno para elegir nuevo alcalde. Ezequiel Domínguez votó al candidato de la izquierda, el comunista José María Mourelos, que, desde entonces, es alcalde del Grove. Esta elección ha sido recurrida por Alfredo Bea, que estima debe impugnarse el acuerdo porque los dos miembros del PCE que dimitieron de alcaldes para dar paso a Mourelos siguen en la Corporación como concejales.

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