La policía francesa manipuló a los independentistas de Bretaña
Los servicios de espionaje francés, durante la década de los años setenta, manipularon a los independentistas bretones y fueron los que organizaron algunos atentados reivindicados por el Frente de Liberación de Bretaña (FLB). Los mismos responsables policiales protagonizaron, igualmente otros asuntos, según revela el diario socialista Le Matin.El ministro socialista del Interior, Gaston Defferre, se interesó desde ayer mismo por todas estas revelaciones. Los citados servicios de la Dirección de la Vigilancia del Territorio (DST) pueden experimentar una completa reorganización.
En abril de 1972, una carga explosiva en las cercanías de Saint Malo (Bretaña) destruyó el chalé de un constructor parisiense, Francis Bouygues. Poco después, otro atentado similar averió seriamente las instalaciones de la televisión en esta región bretona, y, privó a los habitantes de su entretenimiento favorito. Las dos acciones fueron reivindicadas por el FLB, el movimiento independentista clandestino que, desde hace más de dos lustros, combate a "los extranjeros de París", al "ocupante francés".
Desde entonces, la policía ha realizado varias redadas de presuntos militantes del FLB, y el desaparecido Tribunal de Seguridad del Estado los ha condenado, como a los clandestinos vascos y corsos, a severas penas de cárcel. Según Le Matin, fueron los servicios de la DST quienes organizaron los atentados y proporcionaron los explosivos.
Un comisario, Emile Casanova, y el actual adjunto del director nacional de la DST, Jean Baklouti, figuran entre los nombres de los miembros de los servicios secretos que dirigieron las operaciones de penetración del FLB. Para ello se sirvieron de intermediarios a quienes convencieron con intimidaciones diversas.
Los dos agentes de los servicios secretos aparecen igualmente vinculados al asunto de los diamantes de Bokassa. Ambos participaron en la detención de Roger Delpey, el escritor amigo del ex emperador de Centroafrica, que escribió un libro sobre el que fue pariente del ex presidente Valéry Giscard.
El actual Gobierno intentaría clarificar la actuación del espionaje francés durante esa época, por entender que fue utilizado para realizar misiones muy especiales.
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