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El Gobierno francés sube las tasas de interés y acentúa el control de cambios en apoyo del franco

La tormenta monetaria que se ha desencadenado durante los últimos días hace prever, a corto plazo, un reajuste de las paridades de las divisas del Sistema Monetario Europeo (SME). El franco francés es de nuevo la víctima de la depreciación que sufre el dólar americano en beneficio del marco alemán. Las medidas adoptadas por las autoridades galas para defender su divisa se estima que son estrictamente coyunturales y no evitarán la devaluación.

Todo en el planeta de las finanzas. parece ser que se resume, en estos momentos, a un problema de «estados de gracia». El presidente norteamericano, Ronald Reagan, se desvanece y los capitales errantes le abandonan. Consecuencia inmediata: el dólar se deprecia respecto a la divisa francesa. Ayer, la americana pasó de 5,44 a 5,31 francos. Y, una vez más, la amante preferida de los mercados de cambios es el marco de la República Federal de Alemania. y ello como consecuencia de la leve mejoría de su situación económica: tanto su déficit presupuestario como el de la balanza de pagos tienden a mermar.El «estado de gracia» de Mitterrand también se derrite. El franco francés, en la ya mediocre situación occidental, continúa siendo la moneda de la desconfianza.

Las incertidumbres de Mitterrand

Las incertidumbres que crea la doctrina económica del presidente Mitterrand, en Francia y en los demás países occidentales, están en el origen de los males de la divisa gala.Para limitar los destrozos de la ola de especulación contra el franco, el Gobierno decretó ayer las dos medidas tradicionales en estos casos: en primer lugar, reforzar el control de cambios, ya austero.

Se trata de prohibirles a los exportadores y a los importadores la compra de divisas por adelantado. con el fin de que no especulen con la posible devaluación de la moneda. En lo sucesivo sólo podrán comprar divisas en el momento de pagar sus facturas.

Segunda medida: subida de la tasa de interés del dinero en el mercado monetario. Ese interés pasa de 17,5 puntos a 18,5. Estas decisiones han sido mal acogidas en los medios interesados, porque entorpecen el funcionamiento normal del comercio. Las autoridades de París afirman que las nuevas medidas son temporales. De hecho, todo parece indicar que tratan únicamente de ganar algún tiempo con el fin de fijar un reajuste de las paridades del SME. París desearía que esto se realizara según sus intereses y no forzado por los caprichos de la especulación. Nadie espera que los paliativos empleados por Francia resuelvan el problema de fondo, es decir, el generado por las diferencias esenciales entre la política económica de Mitterrand y la de los demás Gobierno del SME.

Esta disonancia es la que orienta la especulación contra la divisa francesa. Y antes o después, pero en la semanas prósimas se da como cierta una revaluación del marco y una devaluación de las demás monedas del sistema comunitario. Sólo la definición última de las nacionalizaciones y de la política fiscal francesas, que son la causa de la desconfianza actual en el franco, podrán modificar más o menos sensiblemente el reajuste monetario.

En los próximos días, el Gobierno se manifestará definitivamente sobre esos dos problemas mayores de su estrategia económico-social.

Prioridad de la energía nuclear

Las proposiciones en base a las cuales el Gobierno francés definirá su política energética, aconsejan la preponderencia de la energía nuclear, al menos cara a las dos próximas décadas. La revalorización del carbón y la economía de energía debieran configurar la independencia del país en este sector vital.El mes de octubre inmediato, el Gobierno galo someterá a debate, en la Asamblea Nacional, su plan energético. Es la primera vez que, en este país, se consulta a la asamblea parlamentaria para definir una política de energía. El grupo de expertos encargado de elaborar las proposiciones que le servirán de base al Gobierno para decidir su política acaba de entregarle sus trabajos al primer ministro, Pierre Mauroy.

Tres principios políticos orientan el informe: independencia energética nacional, adaptación a las necesidades del país y de su economía y participación de los ciudadanos en la elaboración de la estrategia energética. Tres características, a su vez, revela las proposiciones que barajará el Gobierno: aumento de la economía de energía en primer lugar. Esta será la fuente de producción energética más rentable a corto plazo, ya que los efectos del ahorro serán sensibles más rápidamente. En segundo lugar, el informe valora altamente, el aumento de producción de carbón.

Importante incremento en la producción de carbón

En 1990, la producción carbonífera representará el 17,1% del consumo nacional. Por fin, los expertos aconsejan, prácticamente, el mantenimie ito del plan energético que había previsto el Gobierno precedente. Conviene recordar que los sucesivos gobiernos de la V República habían elaborado el plan de energía nuclear más ambicioso del mundo (cerca de veinte centrales ya son operacionales). El todo nuclear fue criticado ásperamente por la oposición de entonces, que hoy se encuentra en el poder.Semanas atrás. el Gobierno ya suprimió la construcción de cinco centrales nucleares. en vez de las catorce que había incluido en su repertorio antinuclear el que fue candidato a la Presidencia, François Mitterrand.

El Gobierno mitterrandista, hoy, continúa pensando que lo nuclear debe ser «una energía de transición», pero es muy posible que, en su plan definitivo, figure de manera preeminente. El informe precitado dice que, en 1990, esta energía le suministrará al país el 27% de sus necesidades. El carbón aportará el 17%; el 32%, el petróleo; el 13,4%, el gas; el 6,2%, la energía hidráulica, y el 4,7%, las nuevas energías.

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