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La propuesta de reforma de la función pública es insuficiente, según UGT

Tanto el anteproyecto de ley por el que se aprueban las bases del régimen estatutario de los funcionarios públicos como el de ley orgánica por la que se regula el ejercicio de los derechos y libertades por los funcionarios de las Administraciones públicas no suponen la reforma de la Administración que necesita el país, según puso de manifiesto ayer Justo Zambrana, secretario general de la Federación de Trabajadores de la Administración Pública (FTAP), de UGT, en el transcurso de una conferencia de Prensa.

Los objetivos de la reforma de la Administración, según Zambrana, deberían tender hacia la implantación de los derechos sindicales y los sistemas de representación, el establecimiento de formas de retribución adecuadas y un sistema de carreras administrativas y de promoción profesional. A estos objetivos habría que sumar los de conseguir una mayor fluidez y eficacia, mayor profesionalidad y el logro de una cooperación eficaz entre las diferentes esferas administrativas, central, autónoma y municipal.En cuanto al texto presentado por el Gobierno, según UGT, aunque marca «un rumbo a seguir, no es la reforma necesaria». A juicio de la central socialista, los citados anteproyectos adolecen de un exceso de desarrollo reglamentario posterior. El secretario general de la FTAP destacó que temas como la creación de un órgano de gestión único para todo el personal de la Administración del Estado o el de los sistemas de acceso a la función pública, no habían quedado resueltos. Asimismo, el tema de los cuerpos (290 en la actualidad, con 1.300 escalas) no había sido abordado, estableciendo únicamente una disposición transitoria para que en el plazo de un año el Gobierno envíe al Parlamento una propuesta de unificación de cuerpos.

Para la UGT es necesario una mayor profesionalización en la Administración, incluso en altos cargos, que a largo plazo habrá de llevar a plantearse hasta dónde es permisible la libre designación. No obstante, en este aspecto, la FTAP se mostró partidaria de abrir un período de transitoriedad para no producir excesivas distorsiones en la actual estructura. A largo plazo, matizó Zambrana, la libre designación de altos cargos quedaría relegada exclusivamente a subsecretarios. «De director general para abajo», dijo, «deberían ser profesionales».

En cuanto a los temas salariales, aunque los sindicatos se habían mostrado favorables a suprimir conceptos como los de incentivos de productividad y los de plena dedicación, los anteproyectos mantienen dichos conceptos como los de incentivos de productividad y los de plena dedicación, los anteproyectos mantienen dichos conceptos.

Finalmente, y en la esfera estrictamente sindical, el anteproyecto de derechos y libertades de los funcionarios mantiene, a juicio de la central socialista, una serie de restricciones graves de cara a determinados sectores de funcionarios. Concretamente, los que utilicen armas en el ejercicio de su trabajo y los funcionarios civiles de la Administración militar que se ven imposibilitados, según el anteproyecto, para la libre sindicación.

Tampoco el anteproyecto habla claramente de negociación colectiva, sino a través del eufemismo de «participación para determinar las condiciones de empleo».

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