_
_
_
_

Las autoridades marroquíes impiden a los abogados entrevistarse con Buabid

Cuando sólo faltan tres días para la apertura del juicio político contra el secretario general de la Unión Socialista de Fuerzas Populares (USFP, partido socialista marroquí), Abderrahim Buabid, y otros cuatro miembros del buró ejecutivo socialista, los abogados de la defensa han denunciado que las autoridades les impiden entrar en contacto con sus defendidos.

El decano del Colegio de Abogados de Rabat, Mohamed Sediki, que es al mismo tiempo portavoz del colectivo de 56 abogados que integran la defensa, se ha visto imposibilitado de comunicar con sus defendidos, con lo que se ha violado, según señalaban ayer medios comunistas, el libre derecho de visita y comunicación inherente al derecho de defensa.Este proceso, que los observadores consideran innecesario y probablemente un error táctico del Gobierno, llega en un momento particularmente delicado para Marruecos. Junto con los sucesos de Casablanca del 20 de junio pasado, el juicio contra Buabid, que es en realidad el enjuiciamiento de la contestación interna, marca el final de una etapa en la historia reciente de Marruecos.

Se trata de la etapa que se abre con la euforia de la firma de los acuerdos tripartitos de Madrid sobre el Sahara, que se complementa con unas elecciones generales que dan carta de ciudadanía a una oposición largos años proscrita, y que culmina en 1977 con el consenso político interno que lleva a unos, como elIstiq1al, al poder, y a otros, como la USFP y los comunistas, al Parlamento.

La caída de los precios del fosfato en el mercado mundial, efectiva a partir de fines de 1974; la imposibilidad de explotar los yacimientos de Bu Craa; el creciente coste del petróleo, y el coste inherente a la guerra del Sahara, unido a calamidades naturales como las sequías de los últimos años, han estado en el origen de las dificultades económicas de este país, que según la oposición cuenta ya con siete millones de pobres absolutos (sobre una población de veinte millones).

Transformaciones profundas

Esas dificultades, agravadas en 1980 y 1981 por una sequía particularmente dura, han llevado a la oposición a solicitar transformaciones profundas de las estructuras sociales, económicas y políticas del país, sin las cuales consideran que no es posible hacer frente a los problemas del presente.El planteamiento del problema por la oposición en términos realmente radicales se debe aque consideran que todos los intentos de resolverlo por la vía del diálogo han fracasado y que el Parlamento, como dijera Abderrahim Buabid hace tan sólo mes y medio, no ha servido para nada.

Conocer lo que pasa fuera, es entender lo que pasará dentro, no te pierdas nada.
SIGUE LEYENDO

Consecuentes con esta postura, los dirigentes socialistas habían decidido no reintegrarse, a mediados de octubre próximo, al Parlamento, y no aceptar la prolongación del mandato de cuatro años que recibieron sus diputados en las elecciones de 1977 por dos años más, como decidió el Gobierno. Esta decisión, si bien lógica, ponía seriamente en entredicho la experiencia democrática marroquí iniciada en 1977, que tiene, en la vida parlamentaria, su espina dorsal.

A estas circunstancias hay que añadir la decisión de Marruecos de aceptar un referéndum para resolver el conflicto del Sahara.

La postura de los socialistas marroquíes de rechazarlo o al menos pedir que en el referéndum voten todos los marroquíes, y no sólo los saharauis es, por lo menos, consecuente con el juramento formulado por todos los marroquíes, de defender hasta la última pulgada del Sahara".

Desmantelada temporalmente la oposición socialista y escindido el partido de los independientes, teóricamente gobernante, parece obvio que se impone una nueva ordenación de la vida política marroquí.

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo

¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?

Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.

¿Por qué estás viendo esto?

Flecha

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.

Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.

En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.

Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_