Joaquín Ruiz-Giménez
No he querido dejar pasar ni un minuto después de haber leído el artículo que dedica Gregorio Peces-Barba a don Joaquín Ruiz-Giménez.Con mi testimonio no pretendo aportar nada nuevo; simplemente comunicar a quienes lean esta carta lo importante que es para personas como yo "un pilar humano" como don Joaquín.
Pertenezco a la generación que tuvo la suerte de vivir su juventud en la década de los sesenta. Cuadernos para el Diálogo y Triunfo fueron nuestras escuelas de libertad. Sabíamos los nombres de todos sus colaboradores y sus artículos eran auténticas revisiones de vida. Contamos con unos resortes de formación que nos han servido para encontrarnos en la actualidad con un convencimiento íntimo y profundo de libertad. Hoy muchos de nosotros luchamos día a día por conseguir una España en la que sus gentes sean más tolerantes, generosas, responsables y félices.
Seguimos siendo románticos y creemos que con nuestro testimonio podemos cambiar el país. Nuestras lecturas tienen otros títulos, pero los aprendices de entonces son directores de periódicos hoy.
Leemos, oímos y vemos todo lo que respire libertad, y en el trasfondo está latente la idea que amamos a don Joaquín:
"No parad jamás de luchar, no enmudezcáis; el futuro de España está en vuestras manos".
Hoy somos partícipes de la construcción de esa "España nuestra"./
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