Prelación atlántica
La VanguardiaLa tregua en las negociaciones hispanonorteamericanas para la renovación de los acuerdos defensivos bilaterales parece una decisión muy lógica. La Alianza Atlántica es el organismo global que coordina la defensa de Occidente. La perspectiva de la OTAN ha de ser preferente respecto a las cláusulas que vayan a firmarse con Estados Unidos. ( ... )
Para muctios expertos siempre resultó rara la aceleración que se quería dar a unas negociaciones iniciadas, en cualquiera de los casos, tarde. En efecto, fue en el mes de junio cuando las delegaciones española y norteamericana comenzaron sus contactos plenarios. Se dijo, entonces, que el cambio en la Administración norteamericana, con la llegada del presidente Reagan a la Casa Blanca, era la causa de un parón en los contactos de casi más de un año. Otro de los argumentos que se utilizaron en esas fechas señalaba que la postura española previa era muy diferente a la posición norteamericana. Al parecer, las exigencias de Madrid resultaban excesivas para el Departamento de Estado y, también, para el Pentágono.
Es positivo el reconocimiento de la prelación atlántica respecto a los acuerdos bilaterales. Pero todo hubiera sido más sencillo si desde el principio así se hubiera expresado. La actitud anterior provocó el mantenimiento de que había dos caminos. Uno conducía a Bruselas y otro terminaba en Washington, sin que ambos tuvieran una obligada relación. Es más, pudo interpretarse que la ruta hacia el cuartel general de la Alianza, en las afueras de la capital belga, tenía para los españoles un obligado y largo desvío, a través del Atlántico y cerca del río Potomac: el Pentágono. No es así y, como se demostrará probablemente en los próximos días, tal aclaración es útil y necesaria.
, 30 de agosto
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