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Enfrentamientos entre los participantes y de la marcha contra Lemóniz y la policía

Diversos incidentes, en el curso de los cuales hay que reseñar dos asaltos a oficinas de Iberduero, ocho heridos -uno de ellos grave- y varias detenciones, se produjeron el domingo en las localidades vizcaínas de Guecho, Plencia y Gorliz, con motivo de la marcha contra Lemóniz, que fue abortada en varias ocasiones por la Policía Nacional y Guardia Civil, que se emplearon con toda contundencia.

La marcha, organizada como clausura de las Jornadas Internacionales contra Lemóniz, se inició a las 10.30 horas en la zona de Telletxe, junto a la estación d'Algorta (Guecho). Cuando el medio millar de participantes había recorrido unos cientos de metros, efectivos de la Policía Nacional situados en el cruce de la carretera con Plencia les cortaron el paso y les dispersaron con abundante material antidisturbios. En el tramo de carretera existente entre el mencionado cruce y el centro de Algorta se produjeron entonces duros enfrentamientos entre la policía y grupos de manifestantes, que les lanzaron piedras y objetos contundentes. En la calzada se levantaron tres imponentes barricadas con material de obras que provocaron un corte de tráfico. Otro corte similar se produjo en la carretera que conduce a Plencia, al volcar un grupo de jóvenes el autobús que cubre la línea entre esta localidad costera y Bilbao.

Los enfrentamientos se reprodujeron dentro del propio casco urbano de Algorta, donde la policía dispersó a los grupos que trataban de concentrarse, haciendo uso de material antidisturbios. En el curso de los incidentes se produjeron varias detenciones y hasta ocho heridos. Una joven de veinte años, Pilar Loinaz Huarte, natural de Pamplona, resultó herida en el rostro por un pelotazo. Trasladada al hospital de Bilbao, se le apreciaron fracturas de huesos nasales y de cráneo en la región fronto-nasal, de carácter grave. El parte médico calificó ayer su estado como «menos grave», dada la mejoría experimentada.

Hacia las 12.30 horas, la mayor parte de los participantes en la marcha, que habían llegado a Plencia en tren o en coches, burlando los controles de la Policía Nacional y Guardia Civil (algunos instalados desde la noche del sábado), se concentraron en la plaza del Astillero para dirigirse luego, a través del. pueblo, hacia la localidad playera de Górliz, con intención de seguir hasta la central de Lemóniz, situada a cinco kilómetros.

Poco antes de llegar a Górliz y a la altura de la playa de Plencia, cuando los manifestantes pasaban frente a unas oficinas de Iberduero, media docena de jóvenes, con las caras tapadas con pañuelos, forzaron las puertas de los locales y sacaron de los mismos una furgoneta de la compañía, que volcaron e incendiaron en la calzada. A la hoguera, que alcanzó grandes proporciones, arrojaron útiles y archivos de la oficina.

Cuando los efectivos de la Guardia Civil -fundamentalmente coches-patrulla de las UAR- llegaron al lugar, los manifestantes estaban ya en Górliz. A la salida de esta localidad, y en dirección a Lerrióniz, se habían concentrado varios cientos de personas que iniciaron nuevamente la marcha. Un kilómetro más adelante, en un cruce de carreteras que conducen hacia Lemóniz o hacia Munguía, se había situado un fuerte dispositivo de Guardia Civil con intención de impedir el paso de esta columna y de otra, de parecidas proporciones, que había logrado concentrarse en la segunda de las citadas localidades.

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Cuando la primera columna acababa de salir de Górliz fue sorprendida desde atrás por más de media docena de vehículos de la Guardia Civil y, UAR que les dispersaron sin contemplaciones.

Los manifestantes looraron concentrarse nuevamente en Górliz y más tarde en Getxo -punto de partida-, donde protagonizaron nuevamente saltos e intentos de manifestación, que fueron también frustrados. Un grupo reducido de jóvenes asaltaría a media tarde las oficinas que Iberduero tiene en esta localidad, concretamente en el barrio de Romo. A pedradas y con objetos metálicos romple ron los cristales y forzaron las puertas. Tras apoderarse de los archivos los prendieron fuego a las puertas de las oficinas. La presencia de efectivos de la policía puso en fuga a los asaltantes.

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