México completará las reservas estratégicas norteamericanas de petróleo

Petróleos Mexicanos (Pemex) ha firmado un nuevo contrato con el Gobierno norteamericano para suministrar a este país 200.000 barriles diarios desde el 1 de septiembre hasta que termine el año. El volumen de ventas se reducirá a 50.000 barriles a partir de 1982. En esta operación, destinada a la reserva estratégica de petróleo de Estados Unidos, no interviene ninguna compañía comercial.Según la información oficial facilitada por Pemex, el Gobierno estadounidense se compromete a respetar los precios oficiales fijados por la empresa mexicana: 34,6 dólares para el crudo ligero tipo istmo y 28,5 dólares para el petróleo tipo maya.

Este contrato sustituiría ventajosamente, según los responsables del petróleo mexicano, la reducción de ventas a Estados Unidos experimentada el pasado mes de julio, después de que Pemex decidiera subir en dos dólares el precio de su crudo para compensar un descenso anterior decidido por Jorge Díaz Serrano y desautorizado por el presidente López Portillo.

Pero Pemex guarda tan celosamente las cifras de sus contratos actuales, y los pocos datos que aporta son, a menudo, tan contradictorlos, que resulta poco menos que imposible saber con cierta aproximación el volumen de ventas real. Es cierto que los contratos de Gobierno a Gobierno se mantienen, después de la suspensión temporal acordada por Francia y Japón (100.000 barriles diarios cada uno). Es cierto también que se han suscrito nuevos compromisos con British Petroleum (100.000) y el Gobierno italiano (40.000), pero Pemex nada dice de las compañías norteamericanas, que compraban más de 700.000 barriles por día y que dejaron de retirar crudo mexicano en masa.

En la etapa de Díaz Serrano (hasta la primera semana de junio), Pemex estaba vendiendo un promedio de 1.175.000 barriles diarios y los compromisos adquiridos hasta finales de año ascendían al millón y medio. La subida de precios acordada en julio redujo las ventas a 700.000 barriles y estuvo a punto de provocar un estado de emergencia en la economía mexicana.

Pemex asegura ahora que antes de que termine el año habrá recuperado los niveles anteriores a la crisis. Técnicos privados ponen en duda esta afirmación y, en todo caso, subrayan que los precios a los que está vendiendo México su petróleo no difieren sustancialmente de los que provocaron la caída de Díaz Serrano. Este había fijado una tarifa de 30,6 dólares para la mezcla de exportación (seis partes de petróleo pesado y cuatro de petróleo ligero).

Esta misma mezcla, a los precios oficiales vigentes, sale a 31 dólares, una diferencia mínima que no justifica la crisis de julio y la batalla política que se desató en torno a Díaz Serrano, a menos que las verdaderas razones fueran otras: descabalgar de la carrera presidencial al entonces poderoso director de Pemex y reformar un esquema de crecimiento que estaba basado exclusivamente en la explotación intensiva del petróleo.