Práctica normalidad en el tráfico aéreo norteamericano
Los piquetes de controladores aéreos continúan sus manifestaciones diarias ante los centros regionales de la administración federal de aviación y los centros de radar de todo el país, pero todo parece indicar que, salvo una catástrofe aérea sobre los cielos norteamericanos, los controladores han perdido su batalla ante el Gobierno y una gran parte de ellos no sólo la batalla sino también el empleo.Como el propio Reagan confirmó la pasada semana la huelga de controladores no existe, debido a que hay una ley federal que prohíbe a los empleados del Gobierno declararse en huelga contra éste. Según Reagan, con su acción, los controladores han puesto fin a su relación laboral al abandonar el trabajo.
La declaración presidencial no deja lugar a dudas sobre la firmeza con que la Administración ha tratado este asunto desde un principio. y que se ha traducido en el despido de 12.000 de los 17.000 controladores que vigilaban el tráfico aéreo en Estados Unidos. La razón de esta firmeza tiene dos explicaciones. La primera. en una declaración jurada que todo empleado federal hace, comprometiéndose a no ir a la huelga contra su patrón: en este caso, el pueblo de Estados Unidos. La segunda, acceder a los deseos de los controladores hubiera significado para Reagan una petición adicional de fondos al Coriqreso, algo que no desea hacer tras la aprobación de su presupuesto económico, que incluye sustanciales recortes en los gastos federales.
La cuestión más importante que se plantea en estos momentos para el ciudadano de este país es la de la seguridad en vuelo. ¿Pueden las autoridades aeronáuticas garantizar la seguridad de los vuelos con solo el 50% de los controladores?
La respuesta es por el momento, afirmativa, con la serie de medidas adoptadas por la Federal Aviation Administration.
Limitaciones a los vuelos
Estas medidas han sido las siguientes: reducir en un 25% los vuelos internos, cerrar temporalmente sesenta aeropuertos y distribuir sus controladores entre los más congestionados del país, y obligar a las compañías aéreas a escalonar sus vuelos.Al mismo tiempo, las torres de control y los centros regionales están siendo operados por 3.000 supervisores, 5.000 controladores que no fueron a la huelga unos mil militares dedicados a labores administrativas. Otro dato importante que ha descongestionado grandemente las rutas aéreas ha sido la decisión de las autoridades de limitar a sólo un 35% de lo normal el tráfico de avionetas privadas y aviones de compañías. El resultado, como ha declarado un comandante de jumbo, es que «el cielo está más vacío: es como conducir en una autopista sin tráfico».
Sin embargo, en opinión de la Patco -sindicato de los controladores-, las autoridades no están diciendo toda la verdad en turno al tema de la seguridad, y desde que empezó el conflicto ha aumentado el número de «casi colisiones en el aire».
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