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La congelación de precios del petróleo, condición previa para que Arabia Saudí eleve el suyo

ENVIADO ESPECIAL, El ministro saudí de Petróleo, jeque Zaki Yamani, exigió ayer a sus colegas de la OPEP la congelación de los precios del petróleo durante «un largo período de tiempo», como condición previa para una subida de dos dólares en el precio del Arabian Light (Arabia Ligero), actualmente de 32 dólares por barril. Yamani, que no descartó la posibilidad de un compromiso sobre precios en la reunión de urgencia del consorcio petrolero que comienza hoy en Ginebra, añadió que otra condición para la subida es la unificación previa del sistema de precios.

Aunque la eventualidad de un compromiso dentro de la OPEP no la pone casi nadie en duda, varios países, entre ellos Venezuela, mostraron ayer sus reservas a las condiciones saudíes para ajustar el caótico mercado mundial dé crudos. El ministro de Energía y Minas de Venezuela, Humberto Calderón Berti, se ha mostrado contrario a una reducción de dos dólares en el precio marcador del crudo OPEP, actualmente en 36 dólares, tal como parece exigir el compromiso sugerido por Yamani.Durante la jornada de ayer, víspera de la apertura formal de esta conferencia de urgencia de la OPEP, doce de los trece ministros de petróleo convocados continuaron las consultas previas encaminadas a negociar un compromiso de acuerdo. Este compromiso, según medios de la conferencia, se basaría en tres premisas: subidas de 32 a 34 dólares del precio saudí, restablecimiento a 34 dólares del precio marcador de la OPEP (lo que supondría una rebaja de dos dólares del mismo) y un acuerdo informal sobre niveles de producción que fuerce a Arabia Saudí a reducir su actual volumen de 10,3 a 8,5 millones de barriles diarios.

Difícil compromiso

Pero las escuetas declaraciones de Yamani, precedidas por las de Calderón Berti, hacían suponer que el compromiso va a costar más trabajo conseguirlo que lo que inicialmente se pensaba. Por ejemplo, el ministro saudí se negaba a incluir el tema de las reducciones de la producción y exigía una congelación de los precios durante un largo período de tiempo (quizá hasta el final de 1982), como condición para subir « menos de dos dólares » su precio.La dura posición de Humberto Calderón Berti, contrario a cualquier rebaja del precio marcador, se explica por la particular situación venezolana. Contrariamente a gran número de sus colegas de la OPEP, Venezuela está consiguiendo vender la mayor parte de su crudo sin necesidad de ofrecer descuentos en su precio oficial de 36 dólares. Una reducción del precio marcador de la OPEP forzaría a los venezolanos a rebajar su precio, con la consiguiente pérdida de ingresos.

Por el contrario, el resto de los países de la OPEP, especialmente los norteafricanos, no se oponen esta vez a un compromiso en las líneas marcadas por Yamani, ya que su petróleo se vende hoy en el mercado de entrega inmediata (spot) tres y cuatro dólares por debajo del precio oficial de 41 dólares. El ministro argelino de Energía, M. Nabi, reconoció ayer estar dispuesto a llegar a un compromiso, incluso aunque éste suponga una reducción de su precio oficial.

El supuesto compromiso significaría, de hecho, según fuentes de la conferencia, una vuelta al sistema unificado de precios que existía con anterioridad a la revolución iraní de 1979, pero basado en dos firmes pilares. El primero es la renuncia formal de algunos países a cobrar por crudos de la misma calidad precios no autorizados por el consorcio. Esto implicaría la eliminación de las enormes diferencias que se han creado entre los distintos precios de la OPEP (incluso para calidades iguales) y que, en cierto sentido, han sido el. origen del actual problema del consorcio.

Y, en segundo lugar, las futuras modificaciones de los precios dentro del cartel se realizará n mediante la aplicación de un nuevo sistema de subidas automáticas. Este sistema se basaría en una adecuación de la fórmula de indicación de los precios a la inflación mundial (media entre países OCDE y OPEP). crecimiento económico y relación cambiarla entre varias monedas que el Comité de Estrategia de la OPEP presentó para su aprobación a la reunión de Taif (Arabia Saudí), en mayo de 1980.La actual situación del i-nercado es consecuencia directa de la política de superproducción seguida por el Gobierno de Ryad. La reducción de la misma no supondría, de forma inmediata, el final de la bonanza del mercado para los consumidores. Según un análisis realizado por la revista especializada Petroleum Inteligence WeeklY, la reducción en casi dos millones de la producción saudí no significaría la eliminación total del exceso de oferta de casi tres millones que existe hoy día en el mercado.

La explicación de este aparente contrasentido se encuentra en que, en estos momentos, casi la totalidad de los trece miembros de la OPEP se han visto forzados a reducir sus respectivas producciones, como consecuencia del exceso de oferta saudí. Así. Nigeria, Libia y Argelia, los tres países que tienen el crudo más caro del consorcio, han llegado a vender tan sólo la mitad de sus habituales producciones en los últimos meses, como consecuencia de su negativa a reducir precios.

En este sentido, la reducción de la producción saudí provocaría inmediatamente una recuperación de las cuotas de mercado por parte del resto del consorcio, que vería ajustarse las producciones a los niveles tradicionales previos al inicio del actual caos.

Precisamente este es el máximo argumento en favor de la consecución de un acuerdo en esta sesión extraordinaria de la OPEP, acuerdo que además vendría a dar la razón al jeque Yamani.

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