La huelga de los controladores aéreos norteamericanos provoca demoras y desviaciones en toda Europa
La huelga iniciada el pasado día 3 por los controladores norteamericanos afectó ya ayer a toda Europa. La Administración Reagan, que sigue inflexible y recibió ayer el apoyo de la asociación de abogados, considera la solidaridad de los encargados del tráfico aéreo en Europa una medida meramente sindical. En este contexto, el mayor problema se suscitó cuando los controladores canadienses decidieron el lunes no asistir los aviones con destino u origen en Estados Unidos, lo que causó serios retrasos y cancelaciones en los vuelos europeos, pero ayer anunciaron que la medida quedará en adelante suavizada. Así, es previsible que mejore el tráfico hacia aquel país, que también afecta a vuelos españoles, donde los controladores se han solidarizado, originando demoras en algunos vuelos y las consiguientes esperas en aeropuertos nacionales.
Las rutas del Atlántico Norte, las que unen por vía aérea Europa y Estados Unidos, sufrieron, el pasado lunes, colapsos intermitentes, tras la decisión de los controladores aéreos canadienses de no recibir ni atender ninguna aeronave con origen o destino en Estados Unidos.El tráfico europeo hacia Estados Unidos y viceversa pasa por los centros de control de Shanwick (Escocia) o Shannon (Irlanda). Desde allí, el avión entra en contacto con los controladores canadienses de Gander (Terranova), que dirigen la aeronave al espacio aéreo norteamericano. Evitar el centro de control de Gander, en Canadá, para enviar los aviones directos desde Shanwick o Shannon a Estados Unidos. es más costoso para las compañías aéreas, porque el recorrido es mayor y, sobre todo, tiene ciertas dificultades de enlace, por la distribución de los espacios aéreos.
Además, al negarse los controladores canadienses a enviar o recibir ningún avión con origen o destino en Estados Unidos, los pasillos aéreos quedaron saturados. Ello provocó retrasos, el pasado lunes, de cerca de diez horas en todos los vuelos.
No obstante, ayer, martes, los controladores de Gander comenzaron a descongelar su medida, por lo que es previsible que en adelante el flujo de aviones hacia y de Estados Unidos sea más fluido. Esto no significa que no se sigan produciendo serios retrasos y cancelaciones.
Seguridad y solidaridad
Todas las asociaciones de controladores aéreos que tienen contacto directo con la norteamericana han decidido, desde el pasado día 3, fecha en que comenzó el conflicto de controladores en Estados Unidos, restringir el tráfico hacia aquel país. En su opinión, en la actualidad no existe un amplio margen de seguridad. Las asociaciones, en concreto, son la británica, portuguesa, canadiense, francesa y, desde la madrugada de ayer, la española. Otras, como la australiana y colombiana, se adhirieron ayer a las medidas.La Administración Regan, sin embargo, entiende que la actitud de los controladores europeos y canadienses no obedece a razones de seguridad, sino a motivos de solidaridad sindical.
En una nota de Prensa remitida ayer por la Embajada de Estados Unidos en Madrid, se asegura que «el sistema nacional aéreo continúa operando con el más alto nivel de seguridad». Por su parte, un portavoz de la IATA (Asociación Internacional del Transporte Aéreo, que agrupa a 111 compañías de todo el mundo) señaló, el pasado lunes, en Montreal que «no existe razón alguna para creer que el espacio aéreo estadounidense puede ser peligroso», y que IATA tiene plena confianza en las manifestaciones de la Administración Federal de Aviación norteamericana (FAA) sobre la seguridad de su espacio aéreo.
Los controladores canadienses han denunciado, desde el comienzo de la huelga de sus colegas norteamericanos, 41 incidentes, de los cuales nueve fueron graves. En concreto, el pasado domingo dos aviones estuvieron a punto de colisionar.
Ayer se produjeron retrasos en la mayor parte de los vuelos europeos con destino a Estados Unidos. En el aeropuerto londinense de Heathrow llegaron incluso a anularse casi todos los vuelos a Estados Unidos, y en el de Gatwick las demoras fueron de seis a siete horas.
Las autoridades aeronáuticas germanas y francesas, por su parte, se han dirigido a los usuarios para aconsejarles que se pongan en contacto con el aeropuerto y confirmen la salida de sus respectivos vuelos, con objeto de evitar aglomeraciones.
Los controladores portugueses, por último, contribuyeron el lunes a romper la escasa fluidez de tráfico que quedaba con Estados Unidos, al anunciar su intención de admitir sólo dos vuelos a la hora en el centro de control de Santa María de Azores, la tercera ruta convencional después de Shannon y Shanwick. Ayer además. anunciaron su intención de no atender, a partir del día 16, ningún vuelo con destino al continente americano.
El caso español
Los controladores aéreos españoles decidieron en la madrugada del pasado martes sumarse a las restricciones de tráfico hacia Estados Unidos. Pero la incidencia de esta actitud es mínima.Los aviones con origen en Espana suelen salir por Santiago de Compostela hacia el Atlántico, donde entran en comunicación con el control de Santa María de Azores, que los guía hasta Gander o directamente al control de Nueva York. Es, por tanto, el control de Santa María de Azores el que fija el ritmo de tráfico.
El número de aviones que salen de España o sobrevuelan espacío aéreo español con destino a Estados Unidos no llega a una veintena diaria. No obstante, sufren los retrasos comunes en toda Europa. Ayer, el vuelo de Iberia 951, con destino a Nueva York, salió con 53 minutos de retraso. Y el pasado lunes, un Boeing jumbo de Alitalia canceló su Frimitivo plan de vuelo y adaptó uno auxiliar que le conducía por España a Santa María de Azores en éste control no se le dio permiso para continuar la ruta y regresó al aeropuerto romano de Fiumiccino. Quizá el caso de mayor importancia fue el retraso de siete horas y media en el vuelo 903 de TWA a Nueva York, que estaba programado para las once m enes diez de la mañana y salió a las siete y cuarto de la tarde.
De persistir las restricciones de tráfico, hoy y en las próxim as jornadas es previsible que se acumulen los retrasos en les vuelos con origen en España, donde además de Iberia. operan Spantax, Pan Am TWA y Aeroméxico, entre otras compañías.
El origen de la huelga de controladores norteamericanos está en la reivindicación de mejoras salariales, laborales y sociales. Entre otras cosas, piden un incremento salarial anual de 10.000 dólares (el 30% de incremento sobre los 33.000 dólares que en la actualidad ganan), mientras que la Administración sólo ofrece el 6,6%.
El pasado día 3, día que comenzó la huelga, la Administración Reagan anunció el despido de aquellos que adoptaran esa postura. Hasta ayer, el número de cartas de despido remitidas ascendían a 9.000; el colectivo de controladores es de 13.000.
Inmediatamente, la Administración procedió a sustituir a los trabajadores civiles por militares y a reducir en un 50% el tráfico en los veintidós aeropuertos más importantes del país.
La Administración Reagan confía actualmente en preparar, en el plazo de seis meses, de 6.000 a 8.000 nuevos controladores (realizarían el 75% del trabajo existente hasta antes de comenzar la huelga), que en el plazo de veintiún meses estarían en condiciones de afrontar con toda seguridad el volumen total de tráfico.
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