Críticas soviéticas a la "boda del siglo"
Los medios de comunicación soviéticos han acogido con escasos, pero agrios, comentarios la boda celebrada el miércoles entre el príncipe Carlos de Inglaterra y ladi Diana Spencer.La televisión sólo ofreció unas pocas imágenes en él último espacio informativo del día, que es el que cuenta probablemente con un auditorio menor. El popular comentarista televisivo Valentín Zorin afirmó que la boda real era una simple maniobra de distracción para hacer olvidar a los británicos los graves problemas por los que pasa su país.
En días anteriores, la televisión soviética difundió un comentario similar, acompañado de unas breves imágenes sobre los preparativos de la ceremonia. La boda, se dijo entonces, sirve "para ahogar los disparos del Ejército en Irlanda del Norte y los gritos de protesta de los jóvenes en Liverpool".
Los matutinos moscovitas de ayer ignoraban por completo la boda real y sólo mencionaban los disturbios de callejeros en diversas ciudades inglesas.
De la Prensa escrita, sólo el semanario Literaturnaya Gazeta hacía referencia al matrimonio del príncipe Carlos con ladi Diana. En su última edición, la revista de la Unión de Escritores Soviéticos publicaba un artículo de su corresponsal en Londres titulado "El príncipe y el mendigo", en el que se contraponía el boato de la ceremonia con los problemas de paro y violencia que sufre el Reino Unido.
La actitud soviética frente a la boda del príncipe Carlos no está motivada tan sólo por las malas relaciones del Kremlin con el Gobierno conservador de Margaret Thatcher. Al menos de forma oficial, Moscú muestra siempre sus distancias con la nobleza. Incluso cuando algún país occidental designa como embajador en la URSS a algún noble, la Prensa de Moscú obvia la relación de sus títulos para mencionar tan sólo sus nombres y apellidos del registro civil.
La boda real británica no ha sido, pues, motivo de comentarios de las amas de casa soviéticas. Lo que en la URSS podría equivaler a la Prensa del corazón -casi inexistente en estas latitudes- cultiva aquí registros mitológicos diferentes. Sólo algunas escarapelas en las solapas de algún diplomático británico y unas pocas banderitas de papel en un balcón de uno de los guetos de corresponsales extranjeros han servido en Moscú para conmemorar la ceremonia.
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