El Papa seguirá en el hospital hasta que sea operado en agosto

Contrariamente a las noticias que habían circulado estos días en los ambientes vaticanos, el Papa continuará durante algunas semanas en el policlínico Gemelli hasta que pueda ser sometido a la segunda operación quirúrgica que le restablezca definitivamente la plenitud de sus funciones intestinales.Lo declararon ayer los médicos que le están curando, quienes divulgaron un largo parte médico en el que, por primera vez, revelan cuáles eran las condiciones de Juan Pablo II en el momento en que fue hospitalizado de nuevo, después de la primera operación, el 20 de junio pasado.

De este parte médico se deduce que el Papa estuvo mucho peor de lo que se había hecho creer en ciertos ambientes de la curia romana, que intentaban minimizar el asunto.

Según los siete especialistas que firman el parte médico, "después de la grave operación del 13 de mayo, las condiciones del Papa eran buenas" hasta el punto que justificaban "previsiones optimistas". Pero en la segunda mitad de junio "se presentaron los síntomas de una enfermedad caracterizada por fiebre alta, que comprometía su estado general; alteraciones cuantitativas y cualitativas, del cuadro hematológico; signos de padecimiento hepático, con elevaciones de los niveles hemáticos de los enzimas hepatocelulares; signos de localización infecciosa pleuro-pulmonar y depresión de las defensas inmunológicas, especialmente de la inmunidad celular".

Los médicos aún no dicen en qué fecha podrá ser operado de nuevo el Papa, pero subrayan que no podría ser" antes de que desaparezca completamente la infección citomegálica", que está ya en la sexta semana, límite máximo para estas infecciones. Por otra parte, el Papa lleva sin fiebre unos diez días. Por eso, si no hay nuevas complicaciones, se piensa que, como máximo, a mitad de agosto podrá entrar al quirófano.

EL PAIS ha podido saber de fuente segura que fue el mismo Juan Pablo II quien pedió a los médicos poder permanecer en el hospital hasta la segunda operación. Los médicos no se habían puesto de acuerdo sobre este asunto. Algunos hubieran preferido que el Papa se fuera durante el verano a su residencia de Castelgandolfo y que volviera en septiembre para operarse, pero Juan Pablo Il ha preferido salir del hospital ya completamente curado, sin los problemas ocasionados por el ano artificial que, según los médicos, es una cosa muy molesta, aunque no dolorosa.