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Reportaje:

El Ayuntamiento gastará más de 400 millones de pesetas para recuperar el palacio de O'Reilly

El palacio de O'Reilly, situado en la calle de Sacramento, 3 y 5, con vuelta a la calle del Rollo, quedará totalmente restaurado y listo para ser utilizado por la Delegación municipal de Hacienda, en el plazo máximo de dos años. El coste total de las obras será de 430 millones de pesetas y la compra del mismo le supuso al Ayuntamiento un desembolso de otros cuarenta millones de pesetas.

Las obras ya iniciadas supondrán la conservación externa e interna de los elementos más característicos del edificio. Una serie de innovaciones recogidas en el proyecto (zona peatonal de uso público, escalinatas) servirán para adecuar estas instalaciones a las necesidades inmediatas de los propietarios del palacio.La situación actual del edificio suponía un grave peligro para viandantes e incluso para las edificaciones próximas, debido al largo abandono sufrido por este inmueble. De hecho, desde hace tiempo era utilizado exclusivamente como refugio de vagabundos y centro de reunión de pandillas de jóvenes. La mayor parte de la techumbre se había desplomado y de la estructura interna eran pocos los elementos que no han sido afectados por el paso del tiempo y, sobre todo, la falta de conservación.

El palacio de O'Reilly fue construido, según el proyecto del arquitecto Pedro Hernández, en la primera mitad del siglo XVIII. Originariamente, el edificio fue conocido como la Casa de los Lezcano, hasta que, hacia 1930, Aurora Lezcano se casó con el marqués de O'Reilly. Durante la guerra civil, el edificio fue sede deI Museo de Artes Industriales; luego, Comisaría de Turismo, y posteriormente, local del diario Libertad.

Pasada la guerra, el edificio es recuperado por sus propietarios originales, hasta que, en 1943, es vendido a la Inmobiliaria Hispana, SA. Los nuevos dueños realizan entonces una serie de pequeñas obras de mejora y desde 1957 el edificio ya no es objeto de ninguna obra de conservación o mantenimiento.

Los inquilinos que por entonces aún habitaban el inmueble interpusieron numerosas denuncias por el abandono a que estaba sometido el edificio: mal estado de la fontanería, humedades, grietas en techos y paredes. Por su parte, el Ayuntamiento presentó también un buen número de denuncias y requerimientos, sin obtener resultados positivos. Finalmente, la Gerencia Municipal de Urbanismo del Ayuntamiento madrileño, adquiere el edificio en 1978 por un total de cuarenta millones de pesetas, para destinarlo a local de la Delegación de Hacienda.

El estado en que el Ayuntamiento compra el viejo palacio supone un fuerte desembolso, por cuanto las grietas, humedades, hundimiento de forjados, abombamientos y resquebrajamiento general es de tal porte que se requieren obras de gran envergadura para poder recuperarlo. El incendio producido en la techumbre del edificio en febrero de este año supone casi la ruina total del palacio.

El proyecto de restauración, realizado por el arquitecto Joaquín Roldán, contempla la demolición total de algunos muros de los dos edificios que conforman el palacio, para ser después reconstruidos en las mismas condiciones de su estado original, de forma que la denuncia efectuada en su día por Adelpha (Asociación de Defensa Ecológica y del Patrimonio Histórico-Artístico) pierde base a la vista del contenido del proyecto aprobado y actualmente en ejecución.

En el capítulo de innovaciones recogidas en el proyecto, éste ha tenido en cuenta el fin para el que será utilizado el edificio y que supondrá la instalación de todos los departamentos actuales de Hacienda, así como la reserva de grandes superficies destinadas a archivos. Así, el primer edificio situado en la parte posterior de la Casa de la Villa, quedará destinado a oficinas. La compartimentación inicial desaparece y se crearán grandes naves con luz y ventilación directa. Los archivos se instalarán en 890 metros cuadrados de los sótanos de los dos edificios y en ellos se incluirá una terminal de ordenadores. El enlace entre los dos edificios que originariamente formaban el palacio de O'Reilly se realizará por medio de pasajes que se comunicarán también con el palacio de Revillagigedo, actual sede de la Delegación de Hacienda.

Creación de una nueva calle peatonal

La recuperación de los dos edificios que conformaban el palacio supondrá también la creación de una nueva calle peatonal, construida en previsión de la gran afluencia de ciudadanos que, por unos u otros motivos, tienen que realizar gestiones en esa delegación municipal. Desde esta calle peatonal de nuevo trazado se podrá acceder a los enlaces subterráneos que comunicarán a los tres edificios mencionados entre sí.En cuanto a las grandes escaleras del edificio, el proyecto municipal mantiene que deben ser íntegramente conservadas y que incluso, por sus características, hacen innecesaria la construcción de escalera de salida en caso de incendios, de acuerdo con la ordenanza de prevención de incendios.

En la primera fase de las obras, ya en realización, se tratará de conservar los muros exteriores aprovechables y, para ello, algunos serán reforzados desde el interior, de forma que prácticamente la totalidad del armazón del edificio sea conservado. En las fases sucesivas se aclimatará el interior de la construcción, dotando al edificio de refrigeración y calefacción separadas. Las torres de refrigeración, con salida en la parte superior, carecerán de visibilidad, con lo que se evitará que se afee el exterior del palacio.

El palacio de O'Reilly cuenta con la protección del Plan Especial y desde el 15 de diciembre de 1975 la Dirección General del Patrimonio Histórico-Artístico incoó expediente de declaración de monumento artístico y cultural con rango nacional.

Las obras que ahora realiza el Ayuntamiento, propietario del edificio, suponen, a juicio del arquitecto autor del proyecto, Joaquín Roldán, la recuperación y consolidación de uno de los más interesantes edificios de la ciudad, que además cubrirá una necesidad física del Ayuntamiento, al pasar a ser ocupado por la Delegación municipal de Hacienda.

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