Serpiente veraniega: "la reconversión musulmana de España"

Ha bastado una carta apócrifa. sin ninguna fiabilidad, para que el diario Córdoba y unos órganos nacionales, como, por ejemplo, Radio Nacional de España, toquen a rebato anunciando al reconquistador. Muchos lectores y radioescuchas habrán sufrido una sorpresa descomunal al enterarse de una moderna invasión mediante un plan para la reconquista de España, cuya redacción se imputa a la denominada Rabita del Mundo Islámico, con sede en La Meca. Esta documentación o documento ha llegado al poder de, entre otras instituciones, la Real Academia de Córdoba y se dice que también ha sido enviada al Ministerio de Asuntos Exteriores. En ella, según se dice, la religión islámica entró en Al Andalus en un momento en que allí imperaba la tiranía, la corrupción y la descomposición, estableciéndose una dinastía brillante y los cimientos de la justicia y la cultura se consolidaron.Los Reyes Católicos o la dominación por la fuerza

Continúa haciendo historia la comunicación para referirse a la reconquista de los Reyes Católicos, que se apoyaron en la fuerza de las armas y, durante cinco siglos, ningún musulmán reconoció jamás esta ocupación ni renunció a la reconquista de sus derechos. Citan textualmente a Córdoba, Sevilla, Granada, Toledo, Zaragoza y Valencia, que no permanecerán en manos cristianas infieles, reclamando, más adelante, los derechos y la vuelta de la tierra a sus legítimos dueños. Y es bueno erigir asociaciones dotadas del carácter educativo o comercial y después de esto la posición de la tierra pedazo a pedazo, en todas las ciudades de Al Andalus, en forma secreta y tranquila, para que no se descubra este acto, evitando llamar la atención sobre la posición de la tierra, para no llevar al fracaso de los trabajos en su primera fase. Y termina convocando y exhortando para que aporten sus propuestas allá a La Meca con este mismo objetivo.

Aquí termina la crónica, que devora la serpiente de verano.

Puestos telefónicamente en contacto con la oficina de la Rápita del Mundo Islámico, el señor Zaka Amini, en nombre de Muhammad Alí Arakán, secretario general de la misma, desmiente, absoluta y categóricamente que de la Rábita se haya remitido tal mensaje o documento. Que está muy lejos de su pensamiento y espíritu en inmiscuirse en asuntos internos de otras naciones y el incitar a planes subversivos. Por el contrario, sienten por España una profunda y leal amistad y un agradecimiento sincero, por el recuerdo histórico que entraña y por su valiente posición con respecto a Israel. El desmentido es terminante. Ahora corresponde, a quienes lo han difundido, dar toda suerte de explicaciones.

Una historia oscura, llena de pasajes «supersecretos»

La historia tiene pasajes supersecretos. Nos hemos trasladado a Córdoba, hablado con el director en funciones del diario Córdoba, con algunos miembros de la academia de aquella ciudad y con el corresponsal de Radio Nacional de España allí, en el deseo de ver y estudiar el documento original. Amables los interlocutores, pero nadie suelta prenda de quién es el depositarlo o/y quién el supuesto agente que transportándolo de Granada a Córdoba lo pone en manos sacras. De ahí al diario Córdoba, que detona la explosiva noticia.

La Constitución establece, por derecho, la libertad religiosa. Es la voluntad soberana del pueblo español, que ansía vivir en libertad y en paz, sin distingos ni prebendas. No es fácil ni rápido el camino de la democracia. Los musulmanes de España aún encuentran muchos obstáculos para que esa libertad religiosa, además de derecho, lo sea de hecho. Imposible tener acceso a los órganos de difusión estatales; Televisión Española y Radio Nacional de España. Sus máximas jerarquías ni siquiera, nos reciben. En la Prensa escrita sólo alguno de los diarios llamados independientes publican algunos artículos, cuando son muy asépticos y en fechas muy destacadas para el mundo islámico. El Ministerio de Hacienda, que nos cuenta cómo contribuyentes, nos olvida como musulmanes y no revierte ni una sola peseta para la difusión y mantenimiento de nuestra religión. La discriminación es notoria. Confiemos que dicha segregación sea sólo coyuntural.

Fines de la Comunidad

Musulmana hispana

Para que no haya suceptibilidades ni piensen que nos aprovechamos de la desagradable publicación de esa serpiente de verano transcribimos los fines de los estatutos que fueron presentados en el Ministerio de Justicia, en su registro general, por la Comunidad Musulmana de España, que figura con el número 272 SG, en el registro de entidades religiosas.

Los fines de la Comunidad Musulmana de España serán: a) Difundir el islam, a través de la estricta aplicación de Al Quran y la Sunna (Tradición) entre todos los musulmanes de España y darlo a conocer entre todas aquellas personas que deseen obtener una información sobre el mismo.

b) Crear en todo el ámbito nacional la Comunidad Musulmana de España.

c) Vigorizar, mediante la fe, los conceptos de individuo, familia, sociedad y autoridad.

d) Estrechar los lazos existentes entre los miembros de todas las religiones y en especial con la cristiana, buscando en sincera y estrecha colaboración el recto camino que conduce al Creador.

e) Fomentar el estudio del idioma árabe, por ser la lengua en que está escrito Al Quran y serlo también de veinte naciones, a las que estamos fuertemente unidos por lazos históricos y de amistad.

Fraternas relaciones con España

f) Establecer, en todos los campos, fraternas relaciones entre los pueblos islámicos y el español.

g) Dotar de una verdadera personalidad islámica a todos los musulmanes españoles mediante la correcta y devota aplicación de las Columnas del Islam, la lectura y comprensión de Al Quran y la aplicación de la universalidad de Al Quran.

h) Proclamar que la Comunidad Musulmana de España es solamente una asociación religiosa, ajena a cualquier clase de actividades políticas, e

i) Dejar constancia que por ser el Islam una creencia de Dios único, su ámbito es universal, no cabiendo, por tanto, ningún tipo de discriminación por razones de raza, color, nación, situación social, estado económico o cultura recibida.