El Gobierno británico abre un campo militar como prisión para los promotores de disturbios
La continuación de los disturbios en diversas ciudades inglesas -trescientos jóvenes negros participaron la noche del miércoles en los que se produjeron en el barrio londinense de Brixton- obliga al Gobierno a reabrir un viejo campo militar abandonado para habilitarlo como prisión y a dotar a la policía de nuevos medios de disuasión, desconocidos hasta ahora en Inglaterra. El anuncio de estas medidas en la Cámara de los Comunes por el ministro del Interior, William Whithelaw, ha sido duramente contestado por la oposición laborista.El ministro precisó que la apertura del viejo cuartel, en la localidad de Rolleston, en el centro de Inglaterra, se hace necesaria ante la superpoblación de las cárceles". Whitelaw también señaló que la policía iba a ser entrenada en el manejo de fusiles que disparasen balas de goma, y que dispondría de gases paralizantes. Los vehículos policiales serán reforzados.
Este conjunto de medidas fue muy criticado por la oposición. El portavoz laborista para asuntos interiores admitió que los policías debían estar mejor protegidos, pero añadió: "Algunos de nosotros nos oponemos a un equipamiento y a unas técnicas que cambian el carácter de la policía y ponen en tela de juicio sus relaciones tradicionales con la población".
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