El Gobierno no ha decidido aún la cuantía de la subida de los precios de los productos energéticos
El Gobierno confirmó ayer su intención de modificar los precios de los productos derivados del petróleo, pero la nueva subida no será inminente, aunque sí se producirá antes de que termine el mes de julio. La cuantía exacta de la subida, en lo que respecta a la gasolina y otros derivados, está todavía sin determinar, pero no es previsible que sea superior a la registrada el pasado 14 de marzo, que fue de siete pesetas por litro para la calidad super. Tampoco está decidido de qué forma se va a distribuir, sobre los distintos productos, las nuevas subidas.
En estos momentos, y según informaron a EL PAIS fuentes solventes, representantes de los Ministerios de Industria y Energía, Hacienda y Economía se encuentran haciendo números sobre el alcance de la subida, después de haber determinado que la fuerte depreciación de la peseta con respecto al dólar (moneda de pagos de los crudos) ha significado y está significando una importante pérdida de ingresos al Tesoro.Las cifras que barajan los responsables energéticos parten del principio global de que esta nueva subida, por vez primera en diez años, no es atribuible al incremento de los precios de los crudos, que están registrando una lenta pero apreciable reducción en los últimos meses, sino a la tendencia a la baja de la cotización de la peseta. Esta depreciación efectiva de nuestra moneda está provocando un encarecimiento real de las importaciones de crudo, ya que hay que aportar más pesetas para hacer el mismo número de dólares.
A 31 de mayo, el precio medio del coste del barril importado por España había caído de los 36,02 dólares que regían en el momento de la última subida ( 14 de marzo), a 34,75 dólares, como consecuencia de las reducciones en los precios de los crudos de algunos suministradores. Esta ganancia inesperada, sin embargo, ha quedado muy superada por la pérdida en el cambio de la peseta, ya que la cotización del dólar ha pasado de 85,64 pesetas en marzo a unas 95 pesetas en mayo y se encuentra hoy a cerca cien pesetas.
No obstante, el Gobierno baraja, al día de hoy, una cotización media del dólar de 89,01 pesetas (para el período 1 de diciembre de 1980 a 1 de diciembre de 1981), lo que quiere decir que en los cálculos gubernamentales sólo se pretende repercutir hasta esa cotización media anual, independiente de que la evolución posterior que siga la peseta.
Pérdida de 30.000 millones hasta mayo
Esta fuerte variación de la posición efectiva de la moneda española ha provocado ya una merma en los ingresos del Tesoro de unos 30.000 millones de pesetas desde el pasado marzo y se calcula que, de no modificar los precios, el déficit en los ingresos de Hacienda al final del año, sobre la cantidad contenida en los Presupuestos del Estado (sancionado por el Parlamento), sería de unos 75.000 millones.A este respecto las fuentes solventes estiman que cada modificación de un dólar en que sube el precio del barril del crudo tiene una repercusión en nuestra factura petrolera de unos 24.000 millones de pesetas por año, mientras que la variación en el cambio de una peseta por dólar significa 10.000 millones de pesetas adicionales.
En este sentido, el Gobierno se ha planteado dos opciones, a la hora de intentar trasladar a los precios de los productos petrolíferos estas modificaciones registradas en las distintas variaciones que los determinan:
1. Cerrar el ejercicio sin pérdidas en ingresos fiscales, lo que significaría repercutir en la subida todas las variantes, inclusive las pérdidas por el cambio de la relación peseta/dólar que se esperan en el resto del año.
2. Incluir tan sólo parte de éstas y dejar para los tres o cuatro primeros meses del próximo año la recuperación total del déficit que ha ocasionado y va a ocasionar la baja de la peseta frente al dólar desde el pasado reajuste de marzo.
Fuentes solventes estiman que es muy probable que sea la primera opción la que finalmente salga adelante, lo que significará una subida algo más importante de la que se ha hablado inicialmente.
La baja del consumo
Otro factor que además está influyendo en los cálculos que realizan los representantes de Hacienda, Industria y Economía son las derivaciones que se han producido en los consumos inicialmente estimados a principio de año y que, evidentemente, repercuten a la hora del cálculo de los ingresos por fiscalidad y renta.Así, el consumo de la gasolina ha descendido, al 31 de mayo, en cerca de un 1% sobre el mismo período del pasado año. Los consumos del fuel, a raíz de la entrada en funcionamiento del primer grupo de Almaraz y otros factores en la producción de energía eléctrica, también han descendido, lo que obviamente está influyendo sobre la estructura de la obtención de ingresos fiscales.
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