El proyecto de estación solar espacial no resulta rentable
Un comité de la Academia de Ciencias de Estados Unidos acaba de publicar un informe en el que afirma que los costes y los problemas técnicos que entrañaría la puesta en órbita de un sistema de satélites que recogerían directamente la energía solar, transmitiéndola posteriormente a la Tierra, habían sido muy subestimados por los promotores de la idea, y consecuentemente desaconseja su puesta en marcha.La idea de explotar directamente la energía del sol fuera de la atmósfera, captándola mediante enormes satélites artificiales que posteriormente la enviarían a unas estaciones receptoras en la superficie del planeta, viene siendo acariciada por diversos estamentos, y más concretamente por la NASA, que había proyectado un programa espacial con el fin de colocar en órbita geoestacionaria sesenta satélites de cincuenta kilómetros cuadrados de superficie cada uno, a una altitud de 36.000 kilómetros.
La NASA y el Departamento norteamericano de Energía habían previsto que cada uno de los satélites podría enviar a la Tierra, bajo la forma de un haz muy intenso de microoridas, el equivalente de la producción eléctrica de cinco centrales nucleares.
Los expertos de la Academia de Ciencias han estimado, en su informe, que dicho proyecto necesitaría una inversión de más de tres billones de dólares (unos 280 billones de pesetas), durante un período de cincuenta años, y que esta cifra es más del doble de lo previsto inicialmente por los promotores de la idea.
Asimismo, los expertos de la Academia indican las numerosas dificultades legales y políticas que tal proyecto podría entrañar, y señalan además que sería necesario disponer de naves espaciales tipo Columbia, capaces de llevar a la órbita de base (unos 250 kilómetros de altitud) cargas de cuatrocientas toneladas, es decir, trece veces más que la Columbia actual.
Según el comité de expertos, tales naves deberían despegar diariamente durante treinta años, y el emsamblaje de los satélites requeriría la utilización en el espacio de 1.500 astronautas-obreros.
Por otra parte, los expertos expresan sus dudas acerca de la rentabilidad del sistema, que no sería competitivo, según ellos, con las actuales fuentes energéticas, ni siquiera con las futuras.
Finalmente, el estudio de la Academia de Ciencias reconoce que no existen dificultades técnicas insuperables para la ejecución del plan propuesto, a pesar de su elevadísimo coste, y que se trata de una vía interesante para obtener energía si la crisis actual se agudiza, aunque probablemente sería deseable proyectar una utilización de satélites artificiales más diversificada y con menores dosis de gigantismo.
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