Ayer comenzó el canje de aceite adulterado
Tres personas más han fallecido, en las últimas veinticuatro horas, víctimas de intoxicación por consumo de aceite adulterado. Dos de los casos mortales se han registrado en Madrid y el tercero en Valladolid y todavía siguen ingresando enfermos: son ya 1.711 en toda España. El Instituto Nacional de la Salud, para frenar los daños producidos por el aceite de colza desnaturalizado, inició ayer en Madrid una operación de canje del mismo por aceite de oliva del Patrimonio Comunal Olivarero.
En las últimas veinticuatro horas, un hombre de 52 años y una mujer de 31 fallecieron en el hospital Primero de Octubre, de Madrid, y en el Hospital Clínico de Valladolid murió otro enfermo, de 54 años de edad. El fallecido, Perfecto Villamar, era vecino de Torrecilla de la Abadesa, uno de los pueblos más afectados por el proceso tóxico producido por el aceite adulterado, y llevaba varios días en la UVI, informa desde Valladolid -donde hay hospitalizadas 115 personas- nuestro corresponsal Luis Miguel de Dios.Por otra parte, en la provincia de León han enfermado seis personas, tras dos días sin haberse registrado ningún caso, pero siguen hospitalizadas 119 personas. En los distintos centros hospitalarios españoles, la cifra total de ingresos se eleva a 1.711, de los cuales 1.259 corresponden a Madrid.
Para frenar los daños ocasionados por el aceite vendido en malas condiciones, -el Ministerio de Trabajo, Sanidad y Seguridad Social, a través del Instituto Nacional de la Salud, inició ayer en Madrid una operación de recogida de «producto oleaginoso supuestamente tóxico» y de cambio por aceite de oliva con garantías, ofrecido gratuitamente por el Patrimonio Comunal Olivarero.
Desde las tres de la tarde, y hasta las nueve de la noche, cientos de personas abarrotaron ayer, primer día de cambio, los ambulatorios habilitados en Madrid por el Insalud para depositar sus recipientes de «aceite supuestamente adulterado», aunque la recogida durará en principio una semana, «y el tiempo que sea necesario», según el Ministerio de Sanidad.
EL PAIS pudo comprobar el canje en el centro de Hermanos García Noblejas, 89 (San Blas), donde ya se concentró gente a la una de la tarde, y a las 16.30 horas -hora y media después de comenzar la recepción del producto-, cerca de setenta personas habían depositado sus garrafas de aceite y unas quinientas esperaban su turno. A la misma hora, en el ambulatorio de Bravo Murillo, 317, la cola de espera la componían unas setecientas personas.
Miembros de las Policías Municipal y Nacional vigilaban la marcha de la gente -en su mayoría mujeres- cargada con bidones y garrafas de cinco y hasta de veinticinco litros de aceite. En mostradores improvisados -en San Blas prepararon el lunes el archivo, como almacén-, administrativos y celadores de cada centro recogían los recipientes, adosándoles a la tapa un papel sellado, sujeto por una goma, e iban entregando unos recibos para que, a partir de hoy, los interesados obtengan el aceite nuevo.
Los dispensarios y ambulatorios no se ocupan del análisis del «producto oleaginoso tóxico», pero sí del transporte de los recipientes. Esta tarea le corresponde a la Dirección General de la Salud Pública, y, según afirmó a Europa Press el doctor Sanz, director provincial del Insalud en Madrid, «se harán las determinaciones oportunas para ver si se ha introducido aceite en buenas condiciones, pero que no sea de las características del ofrecido por el Patrimonio Comunal».
Asimismo, otro modo de controlar la posible picaresca serán las encuestas que a todos que cambien su aceite hace una asistenta social. En ellas se pregunta dónde y a quién le fue comprado el aceite, la cantidad, el tiempo de consumo, la existencia de envases vacíos y la existencia de algún enfermo en la familia. «Estos datos se manejarán a través de ordenadores y se verá si hay alguna coincidencia extraña con los nombres», precisó el director provincial del Insalud.
En el ambulatorio de San Blas, donde han sido atendidos varios enfermos aquejados de la impropiamente llamada neumonía atípica, esperaban su turno de entrega gentes que vienen comprando aceite a granel, «que vende un señor en la calle, con una furgoneta», desde hace cuatro o cinco años. Pero los setenta primeros encuestados declararon no haber sufrido ellos ni sus familiares la «enfermedad del aceite».
Entre tanto ya se ha puesto a funcionar la picaresca. Sanidad denunciaba ayer casos de desaprensivos que se presentaban con envases conteniendo aceites industriales y hasta de coches. El Ministerio ha alertado a los funcionarios del Insalud encargados del trueque de aceites para que pongan en conocimiento de la policía, a través del 091, cualquier irregularidad que observen.
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