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Procesamientos por los sucesos de Almería

Las pruebas sumariales contradicen gravemente la versión oficial sobre los hechos

Los autos de procesamiento por homicidio dictados ayer por la Audiencia Provincial de Almería suponen un importante paso adelante hacia el total esclarecimiento de los hechos en los que resultaron muertos tres jóvenes mientras que, como presuntos terroristas, permanecían detenidos por la Guardia Civil de Almeria. Medios jurídicos considerani trascendental la decisión de la sala de Almería y la interpretan como definitiva en una causa que, en un principio, parecía destinada al sobreseimiento.

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Desde ayer, permanecen en prisión los tres guardias civiles procesados por los sucesos de Almería

Los referidos medios hacen hincapié en la escrupulosidad jurídica con que el juez instructor del sumario y las partes presentes en el mismo, especialmente la acusación particular, están llevando la actuación sumarial, ajustándose en todo momento al más estricto derecho y sin dejar de considerar cualquier prueba pericial que pueda aportar nuevos datos al relato de cómo sucedieron los hechos.Sobre esta base, el sumario, que consta en la actualidad de más de setecientos follos por ambas caras, está poniendo en serias y graves contradicciones la versión oficial de los sucesos, que, sobre el informe realizado por el propio cuerpo a raíz de ocurildos los mismos, fue asumido por el Gobierno para su explicación ante la Comisión de Interior del Congreso.

La versión oficial mantiene que una vez detenidos los tres jóvenes que luego resultarían muertos, Juan Mañas Morales, Luis Montero García y Luis Cobos Mier, en la urbanización, próxima a Almería de Roquetas de Mar, fueron trasladados a la comandancia de la Guardia Civil de aquella población para su correcta identificación.

Los tres jóvenes habían salido de Santander hacia Almería, donde iban a asistir en Pechina a la primera comunión de un hermano de Juan Mañas, y el viernes 8 de mayo, por avería de su automóvil, alquilaron un coche marca Ford Fiesta en Manzanares (Ciudad Real), con el que llegaron hasta la capital andaluza.

El sábado visitaron Roquetas de Mar, donde una de las víctimas había trabajado como camarero en un establecimiento público de esta localidad, donde por la noche fueron detenidos por la Guardia Civil, que había sido alertada desde Madrid sobre, la posible estancia en aquella zona del comando etarra que poco antes había atentado contra la vida del jefe del Cuarto Militar del Rey, general Valenzuela.

El relato oficial de los hechos expuesto por el ministro del Interior en el Congreso, insistía reiteradamente en dejar claro que los guardias civiles habían actuado «bajo el cima de tensión» subsiguiente al referido atentado, en el que murieron tres miembros del Ejército.

Asimismo, la versión expuesta por Rosón, que también reiteradamente se remitía a los datos facilitados por la propia Benemérita, dejó claro que se podría haber tratado de un «lamentable error de identificación », por cuanto las gestiones que se habrían realizado a través de diversas comandancias del cuerpo no hubieran dejado suficientemente clara la personalidad de los detenidos.

El relato oficial prosigue con la aseveración de que cuando eran conducidos hacia Madrid para su definitiva identificación y entrega al correspondiente órgano judicial, los detenidos, que viajaban esposados en el asiento posterior del Ford Fiesta, que conducía un guardia civil y al que acompañaba otro número, trataron de agredir a estos últimos, los cuales para evitar ser lesionados saltaron del vehículo.

En esta operación, el coche de escolta que, junto con otros tres, integraba la expedición de guardias civiles que trasladaban a los detenidos, viajaba inmediatamente detrás del Ford Fiesta, hubo de efectuar una brusca maniobra para evitar su atropello, pese a lo cual resultaron levemente contusionados en la caída.

Al quedar,sin control el vehículo que transportaba a los detenidos, cayó por un terraplén, incendiándose a continuación sin que los intentos por salvar sus vidas, una vez que los guardias civiles hubieran disparado a sus ruedas para evitar la huida de los presuntos terroristas, evitaran la incineración de los tres jóvenes.

El sumario contradice

No obstante, la reconstrucción de los hechos en base a las pruebas contenidas en el sumario contradice gravemente la versión oficial. Este periódico pudo saber en medios de absoluta fiabilidad que desde la comandancia de la Guardia Civil de Almería, a la que en un primer momento fueron trasladados desde Roquetas de Mar los detenidos, estos salieron por su propio pie hacia otra dependencia de la Guardia Civil, que se cree puede tratarse de la fortificación, que, ya obsoleta, se conoce con el nombre de Casafuerte, en la que habrían sido sometidos a un hábil interrogatorio.

De acuerdo con esta versión, en Casafuerte podrían haber tenido lugar determinados hechos que habrían resultado irreversibles en sus consecuencias. La misma: fuente señala que recientemente se procedió a determinadas obras de albañilería en el interior de la referida fortificación, que, de manera especial, habrían afectado al revoque de una pared sobre la que, presumiblemente, antes de dichas obras, figurarían determinadas señales relacionadas con los supuestos hechos.

De otra parte, las pruebas periciales a cargo de ingenieros industriales, así como la reconstrucción judicial del supuesto accidente, habrían aportado importantes datos acerca de los sucesos. Estas pruebas, al parecer, pueden sentar serios indicios de qüe el coche, en su caída, se encontrara en punto muerto, así como que la trayectoria seguida mientras se despeñaba por el terraplén podría ser contraria a la dirección de su marcha en el momento de sobrevenir el supuesto accidente.

Testigos presenciales del lugar del suceso, poco después de ocurrido éste, aseguran que el coche habría caído «de culo», es decir, empujado desde la carretera por la que circulaba en dirección a Gergal. Los mismos testigos afirman, y así consta en el sumario a través de sus propias declaraciones repetidas a este periódico, que en el lugar donde cayó el coche encontraron restos humanos que fueron entregados al juez para su inclusión en la actuación sumarial.

Asimismo, en el interior del vehículo, y a través de otra prueba pericial, fue encontrado un hueso que puede identificarse como un fémur, lo que permite establecer la .existencia de fracturas en los miembros de las víctimas. Esta teoría se ve abundada por el relato de familiares de uno de los muertos de quemados, no incluida en el faltan sus extremidades.

Este extremo, según afirmación de médicos expertos en tratamientos de quemados no incluida en el sumario, hace suponer que las fracturas habrían sido causadas por efecto traumático, y no por el efecto del fuego, como aseguran que es imposible que tal ocurra los referidos médicos.

Tal posibilidad, no obstante, podrá ser establecida con total seguridad mediante el correspondiente estudio anatomopatológico mediante una nueva prueba forense susceptible de practicar si el juez accede a la petición de la acusación particular para que sean exhumados los cadáveres.

No obstante, la prueba sumarial más reveladora en cuanto a las contradicciones que contiene la versión oficial de cómo ocurrieron los hechos la constituye la declaración prestada por los cinco pescadores que en la madrugada del domingo 10 de mayo.

Estos pescadores, que prestaron declaración ante el juez instructor el pasado día 11, explicaron a EL PAIS que al ver unas enormes llamas que subían desde la cuneta hasta la carretera, pararon su vehículo y trataron de sofocar el incendio que creían ocasionado por un accidente de carretera. En este trance, según declararon ante el juez, un hombre de paisano que se identificó como guardia civil, les impidió siquiera descender del vehículo y les obligó a continuar su marcha, tras asegurarles que «las víctimas habían sido ya evacuadas».

Este relato, que en su día podría dar lugar a un posible careo entre los pescadores -sus declaraciones, individuales, coincidieron absolutamente en todos sus extremos-, fue considerado como concluyente por la acusación particular para solicitar del juez el traslado del sumario a la Audiencia Provincial.

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