Los iraníes elegirán nuevo presidente el 24 de julio
Los iraníes elegirán el viernes 24 de julio al sucesor del destituido presidente Abolhassan Banisadr. El nuevo jefe del Estado podría ser Mohamed Alí Rayai, actual primer ministro y uno de los principales adversarios de Banisadr. Al clima de violencia en Irán se vino a sumar el martes un atentado realizado en la estación de ferrocarril de la ciudad santa de Qom, a consecuencia del cual seis personas murieron y otras 56 resultaron heridas.
El consejo provisional que ejerce la presidencia de la República tras la destitución de Banisadr pidió ayer la celebración de la primera vuelta de las elecciones presidenciales para el día 24 de julio. Alí Rayai no ha anunciado oficialmente su candidatura, pero declaró que se encuentra dispuesto a asumir la tarea presidencial "si lo quiere el pueblo".Alí Rayai cuenta con bastantes posibilidades de obtener el apoyo del Partido de la República Islámica (PRI), mayoritario en el Parlamento. Rayai no milita en el PRI, pero se encuentra muy próximo a las posiciones integristas que defiende el más importante partido iraní; además, las relaciones entre el primer ministro y el PRI se han estrechado durante el largo enfrentamiento mantenido por el Gobierno y el Parlamento contra el presidente Banisadr.
El PRI no decidirá quién será su candidato hasta que sean consultados "todos los grupos y organizaciones islámicas que se hallan en la línea del imán Jomeini", según afirmo ayer su líder, ayatollah Bejesti.
"Corruptos de la tierra"
El anuncio de las elecciones, que habrán de repetirse en una segunda vuelta si ninguno de los candidatos obtiene más del cincuenta por ciento de los votos en la primera, coincide con una ofensiva de la justicia iraní contra los partidarios del destituido y buscado Banisadr, reagrupados en la izquierda iraní y considerados por sus perseguidores como "corruptos de la tierra en guerra contra el Islam".
Desde los graves enfrentamientos del sábado entre partidarios y adversarios de Banisadr, más de cuarenta personas han sido ejecutadas en Irán por motivos políticos. La mayoría de los ajusticiados son miembros de los Mujahidin del Pueblo (izquierda islámica) y de los Fedayin mayoritarios (marxistas-leninistas). Otros mil opositores al régimen han sido detenidos, cuatrocientos de ellos en Teherán.
La represión contra "los corruptos de la tierra" afecta también los "espías sionistas", a los miembros de la secta Baha'i (siete ejecutados desde el sábado), a los "partidarios del antiguo régimen" (tres ejecutados) y a los culpables de adulterio (dos ejecutados).
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