Descubren explosivos en el castillo de un neonazi alemán

La policía alemana encontró trinitrotolueno, un material altamente explosivo, usado generalmente por el Ejército, en el castillo del neonazi Karl-Heinz Hoffmann, situado en las proximidades de Nuremberg (RFA). Hoffmann, un grafista de 43 años, jefe del Grupo de Deporte Militar Hoffmann, fue detenido hace una semana en el aeropuerto de Francfort, cuando se disponía a viajar hacia Oriente Próximo.

El grupo Hoffmann, fundado en 1973, fue prohibido por el Ministerio federal del Interior el 30 de enero de 1980, por sus actividades contra el orden constitucional de la República Federal de Alemania (RFA). Las actividades de los cuatrocientos miembros del grupo paramilitar no fueron tomadas en serio durante varios años, a pesar de los contactos con organizaciones ultraderechistas extranjeras. Hoffmann y sus muchachos estaban considerados casi como una parte del folklore carnavalesco, con sus mascaradas militaristas.

Organización terrorista

El atentado del pasado septiembre en la Fiesta de Octubre, en Munich, que causó 13 muertos y 250 heridos, y se atribuyó a un antiguo miembro del grupo Hoffmann, sirvió para llamar definitivamente la atención sobre el carácter terrorista de esta organización. Aunque ésta fue disuelta, Hoffmann seguía en libertad. La semana pasada el neonazi fue detenido bajo la sospecha de pertenecer a una organización terrorista. También fue detenida su compañera Franziska Birkmann, de 34 años, la propietaria del castillo en el que Hoffmann impartía su formación militar a sus seguidores y donde solía posar ante los fotógrafos.La detención de Hoffmann está relacionada con la de otro neonazi huido a Líbano y detenido a su regreso a la RFA, Odfried Hepp, de 23 años, quien tenía organizado el Grupo de Lucha Selva Negra.

Informaciones no confirmadas oficialmente explican la detención de Hoffmann por las declaraciones del joven Hepp. La policía trata ahora de establecer conexiones entre los dos grupos ultraderechistas.

Entre los planes de acción estaban atentados contra monumentos en recuerdo de las víctimas de los campos de concentración, el muro de Berlín, cuarteles norteamericanos en la RFA y el archivo central sobre crímenes del nazismo. Los neonazis también trataban de realizar un secuestro para pedir la liberación del lugarteniente de Hitler Rudolf Hess.