Dibujos animados
Aunque los problemas de moda versen sobre política y terrorismo,creo que también los profesionales de los dibujos animados en España tenemos derecho a exponer los nuestros, bien que este derecho, desgraciadamente, no sea más que el del pataleo, pues no sirve de nada.El cine de dibujos animados en España no cuenta con ninguna protección ni nada que lo fomente de manera efectiva. Televisión Española importa, sin traba alguna, series extranjeras de ínfima calidad o muy antiguas; coproduce series hechas en Japón, de baja calidad y totalmente estandarizadas; tiene su propio equipo de dibujos animados, pero no lo usa apenas, aunque posee uno de los mejores stanás de animación del país; cada realizador de programa encarga (cuando el programa lo requiere) sus dibujos animados fuera de la casa, sin que se pueda pujar por ello, y son realizados por amiguetes o por piratas, dibujantes estos últimos que desprestigian a la profesión con sus chapuzas baratas.
Afirmo que la serie de El pequeño Cid se podía (se debía) haber hecho íntegramente en España, pues existen los profesionales y los medios técnicos suficientes para ello, digan lo que digan los intermediarios de las tapas de yogur y los cromos, y se hubiera hecho mejor (en todos los aspectos) que la hecha en Japón.
Afirmo que los profesionales de los dibujos animados en España estamos a la altura de nuestros colegas norteamericanos y muy por encima de los japoneses y su animación sintética, como lo demuestra el hecho (afortunado por un lado, triste por otro) de llevar nueve años trabajando ininterrumpidamente para Hanna-Barbera, de California. Y este hecho es triste porque, si no trabajamos para los americanos, no hay otra cosa, y si la hay, la hacen los japoneses o los húngaros, o cualquiera, menos los que deben y donde se debe.
Afirmo que cuando los señores del merchandising afirman que la serie sobre Naranjito y los Mundiales de Fútbol no se podía hacer en España y la han mandado hacer (cómo no) al Japón, porque aquí no existen las «infraestructuras necesarias para producir un episodio por semana», si la muestra es el horrendo engendro que tuve la desgracia de ver en el programa de Jesús Hermida, francamente, sí se puede hacer, y en la mitad de ese tiempo, pero no lo haríamos, porque dudo que ningún profesional de los dibujos animados se arriesgase a ver su nombre en semejante cosa./
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.