Instalado en la Biblioteca Municipal el primer Optacón de uso público existente en España
Desde principios de esta semana, en la Biblioteca Municipal Central, ubicada en la calle de Fuencarral, funciona el primer Optacón de uso público existente en España. Gracias a este aparato, ideado por un ingeniero de la Universidad de Sttanford, en 1970, las personas invidentes pueden leer cualquier texto impreso por sistemas convencionales y no únicamente, como ocurría hasta ahora, por el sistema Braille. La manejabilidad del aparato, de un tamaño similar al de un magnetófono, permite a un ciego leer, incluso, la Prensa del día.
En realidad, el Optacón (siglas de Optical Táctil Converter) se utiliza en España desde hace cinco o seis años, aunque desde entonces sólo unos 75 invidentes han seguido el cursillo de preparación. La inauguración de una sala de lectura para invidentes en la Biblioteca Municipal, el pasado lunes, ha sido el hecho que ha llevado al público el conocimiento del nuevo sistema.Básicamente, el Optacón consta de una cámara conectada a un sistema electrónico. La cámara está compuesta por un sistema óptico provisto de dos diminutas lámparas, cuya misión es alumbrar el texto que se quiere leer, y una retina separable, formada por 144 fototransistores, por los que se obtienen las imágenes de las letras. Las imágenes percibidas por la retina son enviadas a una placa táctil, constituida por un número igual, 144, de vastaguillos, dispuestos en seis columnas de veinticuatro cada una.
El invidente va pasando la cámara por el texto en cuestión, a la velocidad que desee. Cada letra va apareciendo en relieve en la placa táctil, donde tiene apoyada la última falange del dedo índice. El invidente va reconociendo así las letras percibidas por la cámara, y sólo depende de su capacidad de aprendizaje que la lectura sea más o menos rápida.
La cámara tiene forma y tamaño similar al de un micrófono habitual de un magnetófono, que, a su vez, es similar en proporciones y peso al aparato donde se sitúa la placa táctil y los mandos restantes, que permiten ampliar o disminuir el tamaño de las letras, ajustar la intensidad de vibración de los vastaguillos, permitir la lectura de letras blancas impresas en un fondo de color, etcétera.
El Optacón permite a los alumnos más aventajados reconocer las líneas de dibujos sencillos, e incluso, en el caso de las fotografías, reconocer los ojos de la persona objeto de la foto, o distinguir colores, por comparación entre las vibraciones de un color y otro.
En opinión de Leónidas González, secretario de la sección de Becarios y Tutoría Universitaria de la Organización Nacional de Ciegos de España (ONCE), el Optacón es un invento de extraordinaria utilidad para los invidentes por cuanto les independiza de la necesidad de recabar ayuda de los videntes en su vida cotidiana. Al ser portátil, el usuario puede utilizarlo no sólo para leer libros o periódicos, sino para leer una carta o un recibo que le presenta un cobrador en su domicilio, entre otras muchas aplicaciones.
El Optacón cuesta 350.000 pesetas, lo que le convierte en inaccesible para la mayoría cle las personas ciegas de nuestro país. Sin embargo, la ONCE ha dispuesto la concesión de créditos sin intereses y a pagar en diez años, para que pueda adquirirlo sin demasiados problemas cualquiera de sus asociados. La popularización del sistema ha recibido un fuerte impulso gracias a la iniciativa del Ayuntamiento, y más concretamente, de la directora de la Biblioteca Municipal, Enriqueta Ortiz de Rozas, quien tuvo conocimiento de su existencia y propuso al Ayuntamiento la adquisición de un par de aparatos para instalarlos en la sala de lectura, y permitir así a los invidentes tener acceso directo a los 100.000 volúmenes guardados en la misma.
En el sistema Braille, cada letra se representa come máximo por seis puntos (la c tiene sólo dos, por ejemplo), mientras que con el Optacón cada letra puecle componerse de muchos más puntos, que en este caso no son tales, sino vibraciones que se perciben con el tacto de la falange del índice. Por este motivo, la dirección de la ONCE espera con interés los resultados del aprendizaje de niños ciegos que, al no tener hábitos adquiridos, la asimilación puede ser más rápida y con mejores resultados.
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