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Juan José Crespo estaba condenado a 37 años de cárcel

Durante el invierno y la primavera de 1981, numerosos presos de ETA y los GRAPO han observado huelgas de hambre en protesta por las condiciones de vida en las cárceles, y sobre todo por el régimen de aislamiento de los internos en la prisión de máxima seguridad de Herrera de la Mancha. A mediados de mayo eran más de sesenta los reclusos en huelga de hambre, si bien muchos de ellos fueron cediendo en su protesta. Sin embargo, Juan José Crespo mantuvo su actitud desde el 14 de marzo, día en que inició la huelga de hambre; ha permanecido, por tanto, 96 días en esta actitud.Sobre él pesaban condenas sucesivas por distintos delitos, que sumaban un total de 37 años de cárcel, y tenía pendientes todavía varios juicios. Juan José Crespo fue detenido en septiembre de 1979, dentro de una amplia operación policial contra el PCEr, y en la que resultaron detenidos trece miembros de la organización. El día 18 de ese mes Ingresó en la prisión madrileña de Carabanchel; posteriormente fue trasladado a la de Zamora, y de allí pasó a la de Herrera de la Mancha, como sanción por otras acciones de protesta.

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El 27 de abril, Juan José Crespo y otros tres miembros de los GRAPO en huelga de hambre fueron ingresados en el hospital penitenciario de Carabanchel. El director de este centro declaró que se trataba de una medida precautoria, pero que su vida no corría peligro, añadiendo que las autoridades se encontraban extrañadas de que estuvieran en buenas condiciones, pese a la cantidad de tiempo que llevaban sin ingerir alimentos.

Oferta de la Administración

A principios de junio, la Dirección General de Instituciones Penitenciarias hizo una oferta a los grapo en huelga de hambre para que depusieran su actitud, a cambio de una mejora sustancial en las condiciones de vida de la cárcel de Herrera de la Mancha. Las mejoras prometidas consistían en reducir el tiempo que los presos debían permanecer aislados en sus celdas -que era de veintitrés horas diarias- al período nocturno y a dos horas después de comer. El resto de la jornada los presos podrían elegir entre estar en el patio o permanecer en la sala de televisión. Tal oferta, transmitida a través de los abogados de los presos, fue en principio rechazada por los miembros de los GRAPO internados en Carabanchel y Zamora, alegando que mientras esas promesas no se plasmaran en un documento ni se expresara en una mejora inmediata de las condiciones de los encarcelados carecían de credibilidad.El 24 de mayo pasado, el diario vasco Egin publicó un informe sobre las condiciones en que se encontraba Juan José Crespo, procedente de fuentes familiares. En aquellos momentos -ya habían pasado sesenta días del comienzo de la huelga de hambre- Crespo había perdido casi totalmente la visión y hablaba con un hilo de voz. Sin embargo, en aquélla época aceptaba aún beber líquidos, y tomaba tres litros diarios de agua mineral, respondiéndole perfectamente los riñones. Familiares y abogados del preso atribuían a esta circunstancia -junto con su excepcional resistencia física- el hecho de que la huelga de hambre pudiera prolongarse tanto tiempo, negando las versiones difundidas por fuentes oficiosas, según las cuales tomaba también alimentos facilitados por otros presos.

También a través de estas fuentes se supo que Juan José Crespo había anunciado su intención de llegar «hasta el final» en la huelga de hambre, y que sólo aceptaría terminarla en caso de que se ofrecieran garantías por escrito de que todos los presos políticos -según su versión- serían sacados de la prisión de máxima seguridad de Herrera. En este contexto se produjo un agravamiento de su estado de salud, y el 8 de junio fue trasladado urgentemente a La Paz.

Amenaza ante el juez de una ofensiva general terrorista

Familiares y abogados de los grapo recordaron recientemente -según publicó EL PAIS el 28 de mayo pasado- que un dirigente de la citada organización terrorista había advertido, en el transcurso de un juicio ante la Audiencia Nacional, que su organización lanzaría «una ofensiva general si muere alguno de los que están en huelga de hambre». Los familiares han organizado en las últimas semanas distintas acciones de protesta, tales como encierros en locales de la Cruz Roja en Madrid, y del consulado francés en Vigo.

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