Los medios oficiales argelinos acogen con cautela la iniciativa de Gadafi
El Gobierno argelino no ha comentado todavía las noticias procedentes de Rabat en torno a una previsible normalización de las relaciones libio-marroquíes, pero de manera oficiosa se afirma aquí que todo aquello que conduzca a la reconstitución de un frente árabe unido contra Israel debe ser apoyado sin vacilaciones. En cualquier caso, Argel se muestra muy cauteloso sobre la iniciativa del líder libro.Dentro de la óptica argelina, el tema es enfocado en función de la «grave afrenta» creada en el mundo árabe por el reciente bombardeo israelí de la central nuclear iraquí de Tammuz. El presidente libio, Muamar el Gadafi, envió hace días al dirigente palestino Yasir Arafat a Rabat, Argel, Riad y otras capitales en un intento de mediación, en algunos casos, entre Trípoli y esas capitales, y de justificación de la tentativa en el caso de Argel.
Los dirigentes argelinos han sido informados por Arafat de la voluntad libia, y el presidente de la Organización para la Liberación de Palestina (OLP) suscitó el tema de una mediación entre Rabat y Argel a propósito de la crisis del Sahara occidental. Pero, con respecto a ella, los argelinos han reafirmado que no suplantarán al Frente Polisario en una eventual negociación con Rabat.
A pesar de ello, una de las «eminencias grises» del régimen argelino, el consejero de la Presidencia Ahmed Taleb Ibrahimi -quien en el pasado mantuvo una serie discreta de encuentros, en Suiza, con tres emisarios del rey Hassan II, el príncipe Mulay, hermano del monarca, el consejero Reda Ghedira y el general Ahmed Dilimi- se dispone a viajar a Nairobi para participar en los trabajos de la cumbre africana y no se descarta aquí que, en ese marco, pudiera reanudar contactos con la representación marroquí.
Todo ello permite suponer que tanto el conflicto del Sahara como el tema de la normalización de relaciones entre Gadafi y los líderes moderados árabes que han roto con Trípoli, puede ser objeto de espectaculares iniciativas diplomáticas en los próximos días.
En Argel, fuentes solventes consultadas por este corresponsal califican de «prematura» la supuesta intención de Gadafi de normalizar sus relaciones con Hassan II, por la incidencia que ello pudiera tener sobre la guerra del Sahara. Pero por el momento los argelinos desean disponer de más información sobre las declaraciones hechas en Rabat por el emisario de Gadafi, el coronel Abdelhafid Mansur.
Ese restablecimiento de las relaciones entre el rey Hassan II y el coronel Gadafi, hasta ahora irreconciliables enemigos, si se confirma, tendrá una incidencia considerable sobre el futuro del conflicto del Sahara occidental, en la medida en que Libia apoya política y militarmente al Polisario (según algunas fuentes diplomáticas, Trípoli financiaría más del 90% de las armas que poseen los saharauis) y no se concibe que Marruecos se reintegre al Frente Arabe contra Israel sin una modificación de las coordenadas que condicionan el apoyo a la RASD por parte de Libia.
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